Si en alguna etapa anterior he hecho alusión a su dureza, era por que no recordaba cómo era esta etapa. Sí, ya la hice anteriormente, cuando hice el Camino con mis amigos del grupo Trotacamins de Martorelles, pero en aquella ocasión no hice la subida a O Cebreiro en un sólo día, hicimos noche en La Faba, y hoy he decidido hacer toda la subida en un día. Toda la información de esta etapa en este enlace:
VILLAFRANCA DEL BIERZO - O CEBREIRO
Yo la llamo la Etapa Reina. 30'5 kilómetros y unos 900 metros de desnivel acumulado en total. Pero sólo los 8'5 kilómetros del final son de fuerte subida. Y si los que estáis leyendo esto sabéis cómo interpretar los datos de un recorrido de senderismo, entenderéis que esta etapa es dura, sí, pero no es nada del otro mundo... Los datos son los siguientes: Total, 30'5 kilómetros y 900 metros de desnivel acumulado. Peeero... Los primeros 22 kilómetros son casi en plano, por carreteras y calles asfaltadas. Sólo al final, los 8'5 últimos kilómetros, són en fuerte ascenso, con 600 metros de desnivel acumulado, con lo que nos da un promedio de 80/90 metros de ascenso por cada kilómetro en estos últimos kilómetros. Tampoco es tanto, ¿no? Y perdonad todo este rollo de datos técnicos... Sólo quiero dar a entender que, con calma y pasito a pasito, se puede hacer perfectamente. Pero vamos con la crónica de la jornada...
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Empezamos, en plano, pasando por pequeños pueblos... |
Salgo bien temprano del Albergue Ave Fénix tras desayunar un poco para ir cogiendo fuerzas. Hoy me acompaña una chica rusa durante todo el camino. Hemos ido coincidiendo algunos días y hoy me comenta que se siente un poco cansada y en baja forma (precisamente hoy, con lo que tenemos por delante...), y por ello decido caminar a su lado por si tuviese algún problema.
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Seguimos por carretera, casi en llano total. |
Cómo he dicho, los primeros 22 kilómetros son en muy suave ascenso. Además, paso por gran cantidad de pueblecitos y lugares de interés, con lo que podemos caminar a buen paso y avanzar bastante rápido, a pesar de las tres paradas a descansar y tomar algo para que la chica rusa pueda recuperar o mantener las fuerzas.
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Preciosos rincones. Puente romano, a la entrada de Herrerías. |
Pasamos por Pereje, Trabadelo, La Portela de Valcarce, Ambasmestas, Vega de Valcarce, Ruitelán, Herrerías, y el barrio de Hospital, perteneciente a Herrerías. Vamos charlando animadamente y avanzando un kilómetro tras otro. Pero... Ayer miré la previsión del tiempo y se prevén lluvias para hoy a partir de media mañana. Me gustaría que no nos pillara el agua, pero en cuanto dejamos atrás Herrerías e iniciamos la parte más dura de la etapa, grandes nubarrones nubarrones un tanto amenazadores cubren el cielo, y en pocos minutos se empiezan a oír los primeros truenos...
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Esto no pinta nada bien... |
Apretamos el paso todo lo que podemos. A las 12'30 estamos en La Faba. Encontramos un pequeño grupo de peregrinos que opta por quedarse ahí, pero es demasiado temprano para acabar ya la jornada. Paramos unos minutos en la fuente, reponemos agua, picoteamos alguna cosa, y a seguir. No me hace nada de gracia el tono que va cogiendo el cielo, ni los truenos, cada vez más. potentes...
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Empieza a llover y tenemos que guardar y proteger todos los aparatos electrónicos. por lo que se acabaron las fotos... |
Dejamos atrás La Faba y empiezan a caer cuatro gotas, que al poco se convierten en lluvia. Y al final se desata la tormenta con toda su furia. La lluvia cae casi en cascada, convirtiendo el camino en un rio. El fuerte viento casi no nos deja caminar. Y a todo se añade una buena granizada a campo abierto, sin árboles ni nada donde podernos cobijar. Todos los peregrinos a los que nos pilló el granizo nos agachamos y nos hicimos ovillos, para protegernos de los impactos del granizo con las mochilas. Parecíamos albóndigas...
El granizo no duró mucho, pero la lluvia nos acompañó hasta La Laguna, donde podemos cobijarnos bajo techo de un bar. Imposible quedarse allí a pasar la noche. Todo estaba lleno, por lo que no queda otra que seguir hasta O Cebreiro. Bueno... sólo faltan tres kilómetros.
En cuanto casi deja de llover, al igual que otros peregrinos que se encontraban en el mismo plan, seguimos camino hacia O Cebreiro. No podemos parar demasiado tiempo. Si cogemos frío puede ser fatal. Mi compañera no está muy entusiasmada, está muy cansada, pero la animo a seguir y nos ponemos en marcha.
Antes de llegar a O Cebreiro cambiamos de provincia y de comunidad autónoma. Pasamos de León a Galicia.
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Monolito que indica nuestra entrada en Galicia |
Y por fin llegamos a O Cebreiro, con lluvia, viento y frío, y con una espesa niebla que no nos permite ver nada a dos pasos.
Por fortuna hay sitio en el albergue municipal. Estamos chorreando, con las botas llenas de agua y con frío... cómo todos los que van llegando. Pero en cuanto nos inscribimos, ducha de agua caliente, y a intentar secar ropa y botas.
ALBERGUE DE PEREGRINOS DE O CEBREIRO
Para la ropa, si hace falta, hay secadoras, y las botas se pueden secar bastante bien metiendo en su interior dos o tres hojas de papel de periódico, cambiándolo en un par de horas para que acabe de absorber la humedad.
Salgo a dar una vuelta, pero el tiempo es infernal. Llueve, hace viento y la espesa niebla no permite ver nada. Además, ¡voy con chanclas! Las botas las estoy secando. Consigo llegar a una pequeña tienda en que tienen un poco de todo y me entretengo curioseando por allí. Compro cena y me voy al albergue. Mi compañera rusa se fue a comer a uno de los restaurentes. Me comentó que tenía tanta hambre que se comería un elefante... Cuando regresó se puso a dormir y creo que no se levantó hasta la mañana...
Yo me voy un rato a la cocina comedor a cenar. En este albergue no hay NADA en la cocina. Ni cacharros, ni cubiertos, ni platos... NADA. Sólo un microondas. Por ello ya compré algo que se pudiera calentar en el mismo envase. Y un set de cubiertos de plástico que llevo me va de perlas...
No tardo en ir a dormir. Estoy agotada. Espero que mañana haga mejor tiempo...