24/05/2022

24 de mayo - 26ª etapa - Triacastela - Sarria, por San Xil

 Esta etapa me ofrece dos variantes para llegar a Sarria: por San Xil o por el monasterio de Samos. La diferencia sobre el terreno es de unos cinco kilómetros más si voy a Samos, con más o menos el mismo desnivel. Pero visualmente, la opción por San Xil ofrece pequeños pueblos y bosques de impresionante belleza. La opción de Samos también estaría bien, siempre que contara con tiempo suficiente para hacer una visita guiada para conocer en profundidad este espectacular monasterio. Yo. he optado por ir por San Xil. Toda la información de la etapa de hoy en este enlace.

TRIACASTELA - SARRIA (POR SAN XIL)

Durante la mañana el tiempo aguanta. Se mantiene nublado, pero sin lluvia, por lo que puedo disfrutar del paisaje y de hacer fotos sin parar.

Capilla de San Antonio Da Balsa
Por pista cimentada voy en suave ascenso, por A Balsa, San Xil... El entorno es espectacular, atravieso bosques de robles, prados, y pequeños núcleos de casas. Una maravilla.

San Xil.

Tras pasar el diminuto núcleo de San Xil llego a un collado, el punto más alto de la etapa de hoy, e inicio un potente descenso, hasta Montán. Iré en descenso hasta muy cerca de Sarria. Pero los tramos más espectaculares los encuentro ahora, al atravesar bosques de robles enormes, por senderos muy pedregosos en fuerte bajada. En estos tramos tengo que extremar las precauciones por el estado del terreno y agradezco muchísimo los dos palos para no hacer sufrir demasiado las rodillas y para no perder el equilibrio y caer.  Las piedras están recubiertas de musgo mojado y resbalan un montón. 

Paso por Montán, Fontearcuda, Furela, Pintín, Aguiada y San Mamede. Toda una sucesión de pequeñísimos pueblos, prados y bosques de espectaculares bosques. Una maravilla que quita el sentido. Parece que de un momento a otro tenga que aparecer un duende, un caballero con su caballo, o un dragón... 

Bosques encantados...

Sigo dándole vueltas al tema de cómo compensar el día extra que pasé en Villafranca del Bierzo. Hoy sería un buen día para avanzar unos kilómetros... pero no me fío. Según la guía Gronze no hay demasiados albergues a precio asequible por la zona, y tampoco sé hasta dónde seré capaz de llegar. 

Entrando en Sarria
Puedo ir a la aventura, y cuando me canse de caminar busco un sitio donde dormir en el primer pueblo que encuentre... Pero justo a la entrada de Sarria empieza a llover de nuevo, y cuando estoy en la ciudad cae un buen chaparrón. A pesar de que son poco más de las doce de la mañana, no me da nada de gusto seguir caminando cinco o seis kilómetros más bajo la lluvia. Paro a comer en Sarria, con la vana esperanza de que pare de caer agua. No se camina nada a gusto bajo el agua, y el cuerpo va cogiendo frío, no puedo hacer ninguna foto (todo va bien protegido en la mochila grande...)  Al ver que no para la lluvia me acabo de decidir. Por la tarde cojo un autobús y voy hasta Portomarín. Asunto resuelto. Ya no tengo que darle más vueltas al asunto. Y sí. Tengo una razón muy grande para llegar a Santiago este próximo sábado y no querer alargar mi llegada al domingo. Ya os contaré...

Iglesia de Portomarín. El cielo aun es bastante
amenazador.

En Portomarín me alojo en el Albergue Ferramenteiro, en una sala con capacidad para 130 peregrinos. Muy nuevo y con instalaciones impecables. Una delicia. Toda la información aquí:


Reconozco que me ha pasado por la cabeza la idea de que no estaba bien hacer una etapa en autobús, que esto era cómo hacer trampa... pero, ¡Qué carajo! ¡Que trampa! Hacer el Camino de Santiago es... hacer el Camino de Santiago. Y se puede hacer de la manera que a cada uno le parezca bien o cómo pueda hacerlo, o cómo le apetezca en aquel momento. No hay normas, ni nada escrito al respecto. Hay tantos caminos cómo caminantes...

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