No existe. Nadie puede certificar que un calzado u otro sea el mejor de todos. Ni que según qué zapatos utilices vayas a tener garantías de que no te salgan ampollas, no te duelan los pies, o no te vayas a lesionar. El calzado perfecto no existe. Y esto es porque cada pie es diferente y tiene sus características específicas.
Hay muchos tipos de calzado donde elegir. Pero lo recomendable son las botas con algo de caña que te protejan el tobillo. |
Hay pies muy sensibles a las rozaduras, al calor, al sudor, a los caminos pedregosos... y hay pies que lo soportan todo, que parecen tener la piel bien curtida ante las rozaduras, que no se reblandecen con el sudor o que no sudan, que no sufren ninguna malformación y no tienen ningún punto de dolor...
Lo que sí existen son una serie de orientaciones y consejos muy útiles que te pueden servir de guía y orientación. Por eso hay que tener en cuenta una seria de factores.
Primero: el Camino de Santiago tienes que planificarlo con mucho tiempo de antelación. El suficiente para que, en caso de que no aciertes a la primera, en este caso con el tipo de calzado, puedas rectificar y probar otro. Debes tener en cuenta que, si ya fallas en un buen principio con el tipo de zapatos que lleves, tendrás que disponer de tiempo suficiente para comprar otros, probarlos y entrenar con ellos hasta que se adapten a tus pies y los tengas bien domados.
Buen calzado... |
Segundo: jamás estrenes el calzado justo al empezar el Camino. Debes empezar con calzado domado, dado de sí, y perfectamente adaptado a tus pies. El calzado acabado de comprar es demasiado rígido, y muy propicio a que te produzca roces que acaben en llagas. Recuerda que no vas a hacer una caminata puntual, sino que vas a estar muchos días caminando un promedio de 22 a 26 Km, día tras día, aguantando calor, frio, humedad si llueve y se llenan las botas de agua... y así durante muchos días. Si te fallan los pies, te fallará todo. No son pocos los peregrinos que se ven obligados a abandonar el Camino por llagas que les dejan los pies en carne viva...
Tercero: la pregunta más clásica... ¿Botas o calzado bajo? Lo más recomendable sería la bota. Y no hace falta que sea de caña muy alta, pero sí lo suficiente para que, en un mal paso, te proteja el tobillo de una torcedura. En las primeras etapas del Camino de Santiago, sobre todo si vas a empezar en Francia, hay fuertes bajadas bastante pedregosas que, si además ha llovido y las rocas están mojadas, cosa frecuente por esa zona, facilitan los resbalones y las torceduras de pie. Y no faltarán los desniveles pedregosos, subidas y bajadas, piedras y más piedras... el Camino es muy largo. Otro motivo por el que algunos peregrinos han sufrido una torcedura o un esguince y han tenido que abandonar...
A parte de todo lo que os te he comentado, hay que tener en cuenta algunos consejos más.
La época del año. En invierno calzado bien impermeable para evitar humedades que te enfríen los pies. Además, si se mojan o les entra humedad a las botas, en invierno es mucho más difícil que se sequen completamente de un día para otro.
En época estival, lo ideal será llevar botas lo más transpirables posible. Y digo transpirables, por que una capa impermeable, aunque sea muy fina, tienen que llevarla. En más de un mes es casi imposible que no tengas algún día de lluvia. Hay que procurar que no entre la humedad de fuera al interior de las botas. Pero también estas deben de ser capaces de dejar salir la humedad del sudor de tus pies. No dudes en invertir en calzado, al igual que en calcetines.
Cuarto: Al comprar el calzado. Pruébate el calzado con los calcetines que vayas a llevar, y comprueba unas pocas cosas muy importantes:
-Que no te vaya muy justo. Los pies se te hincharán, sobre todo al final de las etapas. Comprueba que el dedo gordo, si sobresale de los demás, no roza con la punta de la bota.
-Pruébate tú número y uno más, para comprobar con cual te sientes mejor.
-Un truco muy especial para prevenir las ampollas: por las mañanas, antes de ponerte el calcetín, debes untar bien los pies con vaselina. Una buena capa, no escatimes. Y bien repartida por todos los pliegues y recovecos
¿Puedo hacer alguna etapa llanita con las sandalias? Yo ni me lo plantearía, y por varias razones.
Primero: si te pones las sandalias, tendrás que cargar con el peso de las botas en la mochila, ya sea dentro o colgando en su exterior, cosa que no apruebo por que posiblemente te va a desestabilizar la carga.
Segundo: para poder andar una etapa con las sandalias, estas deberán ser de suela gruesa, para evitar que se te claven las muchas piedras del camino, y sus tiras lo más ajustables posible.
Tercero: vas a necesitar un tercer tipo de calzado: las chanclas o calzado para la ducha y el albergue. Y eso significa peso extra. Y si pretendes bajar de Roncesvalles a Zubiri, o del Alto del perdón o cualquier otro desnivel de los muchos que hay a lo largo de todo el Camino con sandalias, te recomiendo que ni lo intentes. Hay tramos que las botas se hacen imprescindibles.
Ya hablaremos del tema peso de la mochila....
En fin, que todo esto no son leyes ni normas de obligado cumplimiento. Sólo son consejos fruto de mi propia experiencia y la de otros peregrinos. Son avisos, advertencias y recomendaciones con el fin de que no cometas los mismos errores que llevaron a tener que abandonar el Camino a otros peregrinos.
El Alto del Perdón, claro ejemplo de la necesidad de ir bien calzado. El desnivel de subida es bastante fuerte. |
Y la bajada del Alto del Perdón. En fuerte descenso y muy pedregosa. Es en este tipo de caminos donde más agradecerás un buen calzado. Los resbalones y posibles caídas se suceden... |
Ultreia et Suseia!
El Camino enseña , pero mejor leer tus consejos para no fracasar .
ResponderEliminarMuchas gracias, Salva!
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