Gracias a las abundantes lluvias podemos disfrutar de paisajes encantadores cómo este. |
Hoy una etapa bastante larga, más de veintisiete kilómetros, con constantes ascensos y descensos, pero de muy buen caminar rodeada de encanto por todas partes.
Todos los datos de la etapa en este enlace:
Os habréis dado cuenta de que la etapa de este enlace en realidad se alarga hasta Olveiroa, unos seis kilómetros y medio más adelante de lo que yo hice, y que es la etapa considerada cómo "Oficial" en las guías del Camino. Pero cómo ya he ido comentando, el Camino y sus etapas, no son en absoluto una norma rígida de obligado cumplimiento. Aquí vi que de Negreira a Olveiroa había casi treinta y cuatro kilómetros, demasiados para mí, y decidí acortarla un poco. Lo mejor que podéis hacer es dejaros llevar, amoldar las etapas a vuestro ritmo, disfrutar de la libertad de parar donde os apetezca...
Los paisajes rurales son la nota dominante de la etapa de hoy. |
Abandono Negreira con las primeras luces del día, un día que ya desde el primer momento anuncia lluvia. Cielo gris y abundante niebla dan un toque casi mágico al paisaje.
Paisajes casi fantasmagóricos gracias a la niebla... |
He podido aguantar sin ponerme el equipo de agua hasta casi los últimos diez kilómetros, por lo que he podido admirar el paisaje y los pueblecitos y hacer fotos con comodidad, que es lo que me gusta. Es llegando a Santa Mariña que ya no puedo evitar guardar y proteger todos los elementos electrónicos y ponerme la capa, puesto que la lluvia empieza a caer con ganas.
Albergue Rectoral San Mamede da Pena. |
Los pocos peregrinos que recorren estos caminos, comparado sobre todo con el tramo de Sarria a Santiago, me permiten muchos tramos en solitario. Estos tramos en que camino en solitario, rodeada de paisajes rurales y los sonidos de la naturaleza, me permiten centrarme en mí, hacer recopilatorio del Camino recorrido, de lo que he aprendido, de lo que me ha aportado, de cómo me ha cambiado, que no es poco...
Ya me falta poco para acabar esta increíble aventura, y a poco que lo piense me doy cuenta de que no volverá a casa la misma persona que marchó hace ya más de un mes. He tenido muchas horas de tranquila soledad para poner orden en mi vida, en mi manera de enfocar la vida, en pensar y reflexionar.
Vacas, caseríos y molinos de viento. |
Ya llegando a Lago se levanta un poco el tiempo, deja de llover y puedo seguir disfrutando de los bellos paisajes. Un par de ondulaciones más en las que en la parte alta se puede disfrutar de magníficas vistas, y ya sólo queda el último descenso para entrar en Lago.
Al fondo, Encoro da Fervenza, un embalse en el río Xallas. |
Y ya no tardo en recorrer el último descenso hasta Lago, donde me alojo el albergue Monte Aro, una delicia. Toda la información en este enlace:
Poco se puede visitar en este pequeño núcleo de pocas casas, por lo que me pemito descansar y charlar con algunos peregrinos y con las chicas que llevan el bar.
Me retiro a descansar temprano, puesto que las jornadas con lluvia me agotan. Caminar algunos kilómetros bajo el agua es bastante cansado, aunque no entiendo por qué. O tal vez el cansancio sea fruto de los kilómetros y kilómetros que se acumulan en mi cuerpo....
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