30/04/2022

30 de abril de 2022 - 3ª etapa - Pamplona a Puente la Reina

 Una etapa un poco más larga que las demás, puesto que en Muruzábal me desvío para visitar la ermita de Santa María de Eunate, regreso por Obanos, y en total hago algo más de 27 kilómetros. También el desnivel ha sido un poco remarcable al ascender al Alto del Perdón, al poco de Salir de Pamplona, y descender por un camino muy pedregoso y con fuerte desnivel. Aparte del calor... 

Al poco de salir de Pamplona ya diviso la Sierra del Perdón al fondo.
¿Acojona, verdad?



Pero a medida que me acerco, la realidad se ve muy diferente...

De todas maneras, no me ha parecido tan fuerte cómo preveía. Ya lo hice hace unos años, y lo recordaba cómo algo más dificultoso. A veces los recuerdos se nos muestran distorsionados y nos revelan una realidad un tanto deformada por el paso del tiempo.

Para que veas que no es tanto, ahí van unos datos:

De Zizur Menor al Alto del Perdón hay 8 kilómetros de recorrido, con un desnivel de poco más de 300 metros. ¡No es tanto!

En este enlace puedes comprobar que es una etapa larga y durilla, pero asequible:

PAMPLONA - PUENTE LA REINA

La bajada es un poco más potente, puesto que se descienden 300 metros en apenas 3 kilómetros y por camino muy pedregoso. Un consejo. Es muy importante que en este tipo de caminos tan pedregosos, ya sean de subida o de bajada, utilices bastones, y a poder ser los dos. En estas bajadas, los dos bastones te ofrecen estabilidad y evitan que se te carguen en exceso las rodillas.

He adoptado la norma de levantarme a las seis de la mañana para empezar a caminar sobre las siete menos cuarto. Si salgo más temprano, todavía está muy obscuro y me pierdo cantidad de cosas por falta de luz. Aparte que no puedo hacer fotos.

Los primeros rayos de sol al atravesar el campus universitario.

A la salida de las ciudades grandes pasa lo mismo que a la entrada: tienes por delante unos cuantos kilómetros de asfalto, calles, plazas y avenidas. Ayer por la tarde, cuando salí a callejear por la ciudad, me fijé por dónde seguía el Camino de Santiago y así ya voy directa y sin dudas. Atravieso el casco antiguo, sigo por la calle Mayor hasta el final, Jardines de la Taconera, la Ciudadela, el Campus de la Universidad de Navarra, y por fin salgo a campo abierto. 

No tardo en llegar a Zizur Menor.

Zizur Menor.
Parroquia de San Emeterio y San Celedonio

Transito por extensos campos de cereal, con parcelas de colza en plena floración intercaladas, que ofrecen un bonito mosaico de colores.

Ya a pocos metros del último tramo de la ascensión al Alto del Perdón, atravieso el pequeño pueblo de Zariquiegui, en el que destaca la iglesia de San Andrés de Zariquiegui.

San Andrés de Zariquiegui.

Y empieza la subida al Alto del Perdón. Buena pista, y aunque no lo parezca, el ascenso es suave y llego a arriba sin darme cuenta. A las 11 de la mañana ya estoy arriba.

El Alto del Perdón.

Una buena parada para contemplar el paisaje, que es espectacular, y toca empezar a bajar, con cuidado de no resbalar con las piedras sueltas, apoyándome en los palos, sin prisa pero sin pausa...

Otro núcleo de población, antes de llegar a Muruzábal, es Uterga. Este es otro de aquellos pequeños pueblos en los que piensas: la iglesia es más grande que el propio pueblo...

Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, en Uterga.

En Muruzábal tomo un desvío a la izquierda para visitar la ermita de Santa María de Eunate. Muy recomendada por casi todos los peregrinos, especialmente por Pepe, mi pareja. Este es uno de estos puntos del Camino que no puedes pasar por alto. Santa María de Eunate es una joia del Románico, de planta octogonal y con el claustro exterior.

Espectacular, Santa María de Eunate, de planta octogonal y con su claustro exterior.

Voy bien de tiempo, y vale la pena hacer los casi cuatro kilómetros extra que hay que sumar a la etapa de hoy para visitar esta preciosa ermita. Además, por los pelos porque estaban cerrando, pero he tenido la oportunidad de visitar su interior, que también es una maravilla.

Interior de Santa María de Eunate

La vuelta la hago por Obanos. ¡Rediós, con la subidita al pueblo! Tiene miga, y más si hace calor, cómo hoy...

Por fin, sobre las tres de la tarde llego al albergue de Puente la Reina. Magnífica acogida por parte de Los Padres Reparadores, en un día en que, por la gran cantidad de peregrinos, parece haberse desatado el caos. Pero ningún problema. Sin duda, os lo recomiendo. Aquí podéis echar un ojo:

Albergue de los Padres Reparadores, en Puente la Reina

Ahora toca ducha, comida y un buen paseo por esta monumental población. Imperdonable no visitar la Iglesia del Crucifijo, la Iglesia de Santiago, y el monumental puente románico sobre el río Arga.

Y ya toca descansar, que mañana hay que seguir haciendo kilómetros.

Ultreia et Suseia!

¿CUAL ES EL MEJOR CALZADO?

No existe. Nadie puede certificar que un calzado u otro sea el mejor de todos. Ni que según qué zapatos utilices vayas a tener garantías de que no te salgan ampollas, no te duelan los pies, o no te vayas a lesionar. El calzado perfecto no existe. Y esto es porque cada pie es diferente y tiene sus características específicas. 

Hay muchos tipos de calzado donde elegir. Pero lo recomendable
son las botas con algo de caña que te protejan el tobillo.

Hay pies muy sensibles a las rozaduras, al calor, al sudor, a los caminos pedregosos... y hay pies que lo soportan todo, que parecen tener la piel bien curtida ante las rozaduras, que no se reblandecen con el sudor o que no sudan, que no sufren ninguna malformación y no tienen ningún punto de dolor... 

Lo que sí existen son una serie de orientaciones y consejos muy útiles que te pueden servir de guía y orientación. Por eso hay que tener en cuenta una seria de factores.

Primero: el Camino de Santiago tienes que planificarlo con mucho tiempo de antelación. El suficiente para que, en caso de que no aciertes a la primera, en este caso con el tipo de calzado, puedas rectificar y probar otro. Debes tener en cuenta que, si ya fallas en un buen principio con el tipo de zapatos que lleves, tendrás que disponer de tiempo suficiente para comprar otros, probarlos y entrenar con ellos hasta que se adapten a tus pies y los tengas bien domados.

Buen calzado...

Segundo: jamás estrenes el calzado justo al empezar el Camino. Debes empezar con calzado domado, dado de sí, y perfectamente adaptado a tus  pies. El calzado acabado de comprar es demasiado rígido, y muy propicio a que te produzca roces que acaben en llagas. Recuerda que no vas a hacer una caminata puntual, sino que vas a estar muchos días caminando un promedio de 22 a 26 Km, día tras día, aguantando calor, frio, humedad si llueve y se llenan las botas de agua... y así durante muchos días. Si te fallan los pies, te fallará todo. No son pocos los peregrinos que se ven obligados a abandonar el Camino por llagas que les dejan los pies en carne viva...

Tercero: la pregunta más clásica... ¿Botas o calzado bajo? Lo más recomendable sería la bota. Y no hace falta que sea de caña muy alta, pero sí lo suficiente para que, en un mal paso, te proteja el tobillo de una torcedura. En las primeras etapas del Camino de Santiago, sobre todo si vas a empezar en Francia, hay fuertes bajadas bastante pedregosas que, si además ha llovido y las rocas están mojadas, cosa frecuente por esa zona, facilitan los resbalones y las torceduras de pie. Y no faltarán los desniveles pedregosos, subidas y bajadas, piedras y más piedras... el Camino es muy largo. Otro motivo por el que algunos peregrinos han sufrido una torcedura o un esguince y han tenido que abandonar...



A parte de todo lo que os te he comentado, hay que tener en cuenta algunos consejos más.

La época del año. En invierno calzado bien impermeable para evitar humedades que te enfríen los pies. Además, si se mojan o les entra humedad a las botas, en invierno es mucho más difícil que se sequen completamente de un día para otro.

En época estival, lo ideal será llevar botas lo más transpirables posible. Y digo transpirables, por que una capa impermeable, aunque sea muy fina, tienen que llevarla. En más de un mes es casi imposible que no tengas algún día de lluvia. Hay que procurar que no entre la humedad de fuera al interior de las botas. Pero también estas deben de ser capaces de dejar salir la humedad del sudor de tus pies. No dudes en invertir en calzado, al igual que en calcetines. 

Cuarto: Al comprar el calzado. Pruébate el calzado con los calcetines que vayas a llevar, y comprueba unas pocas cosas muy importantes:

-Que no te vaya muy justo. Los pies se te hincharán, sobre todo al final de las etapas. Comprueba que el dedo gordo, si sobresale de los demás, no roza con la punta de la bota.

-Pruébate tú número y uno más, para comprobar con cual te sientes mejor.

-Un truco muy especial para prevenir las ampollas: por las mañanas, antes de ponerte el calcetín, debes untar bien los pies con vaselina. Una buena capa, no escatimes. Y bien repartida por todos los pliegues y recovecos

¿Puedo hacer alguna etapa llanita con las sandalias? Yo ni me lo plantearía, y por varias razones.

Primero: si te pones las sandalias, tendrás que cargar con el peso de las botas en la mochila, ya sea dentro o colgando en su exterior, cosa que no apruebo por que posiblemente te va a desestabilizar la carga.

Segundo: para poder andar una etapa con las sandalias, estas deberán ser de suela gruesa, para evitar que se te claven las muchas piedras del camino, y sus tiras lo más ajustables posible.

Tercero: vas a necesitar un tercer tipo de calzado: las chanclas o calzado para la ducha y el albergue. Y eso significa peso extra. Y si pretendes bajar de Roncesvalles a Zubiri, o del Alto del perdón o cualquier otro desnivel de los muchos que hay a lo largo de todo el Camino con sandalias, te recomiendo que ni lo intentes. Hay tramos que las botas se hacen imprescindibles.

Ya hablaremos del tema peso de la mochila....

En fin, que todo esto no son leyes ni normas de obligado cumplimiento. Sólo son consejos fruto de mi propia experiencia y la de otros peregrinos. Son avisos, advertencias y recomendaciones con el fin de que no cometas los mismos errores que llevaron a tener que abandonar el Camino a otros peregrinos.

El Alto del Perdón, claro ejemplo de la necesidad de ir bien calzado.
El desnivel de subida es bastante fuerte.


Y la bajada del Alto del Perdón. En fuerte descenso y muy pedregosa.
Es en este tipo de caminos donde más agradecerás un buen calzado. 
Los resbalones y posibles caídas se suceden...

Ultreia et Suseia!

29/04/2022

29 de abril de 2022 - 2ª etapa - Zubiri a Pamplona

Ahí va la segunda etapa de mi Camino. De Zubiri a Pamplona. Una etapa cómoda y sin dificultades remarcables. Serán 20'4 kilómetros con poco desnivel. Esto me permite cogérmelo con calma, disfrutar del paisaje y hacer un montón de fotos.

Podéis ver toda la información de esta etapa en este enlace en este enlace:

ZUBIRI - PAMPLONA

Pequeños pueblos, en el Valle de Esteribar

Gran parte del recorrido de hoy va en paralelo con el río Arga. No va muy crecido, pero en algunos puntos nos muestra rincones de gran belleza, con preciosos saltos de agua. El Paisaje es verde, con grandes bosques de pinos y hayas. 

El rio Arga esconde maravillas cómo esta.

Abundan los pequeños pueblos, todos ellos con magníficas iglesias románicas.
Ermita de Santa Lucía, o de La Abadía, en Ilárraz.

También abunda las zonas de pasto o las grandes casas, algunas con animales de granja, sobre todo, aves...

Imposible meter un dedo por la reja e intentar tocarlos. Te lo arrancan!!!

En Irotz encontramos la Fuente de Irotz. Es agua tratada, pensada principalmente para atender las necesidades de los muchos peregrinos que pasan por aquí.


Fuente de Irotz

Llego a Trinidad de Arre, y a partir de aquí el paisaje es completamente diferente. Atravieso el río Ulzama por el Puente de la Trinidad.

Magnífico puente románico de La Trinidad

Este puente es la frontera entre el paisaje rural y el paisaje urbano. Los verdes prados, los bosques y el río, se convierten en asfalto y un continuo de calles y avenidas hasta llegar a Pamplona.


Vista de las casas ya de Villava, desde el Puente de la Trinidad.

Tras atravesar el río Ulzama por el Puente de la Trinidad, entro en Villada, sigo por Burlada, y entro en Pamplona sin dejar de pisar terreno urbanizado. Son algo más de cuatro kilómetros que se hacen eternos, hasta que llego a la entrada de la ciudad tras pasar por el Puente de la Magdalena, que cruza el río Arga.
Puente de la Magdalena, ya a la entrada de Pamplona.


Entro en Pamplona por el Portal de Francia, tras rodear la muralla, y ya en la ciudad, me dirijo al albergue municipal de Jesús y María para inscribirme y descansar un poco.

Portal de Francia

Llego al albergue y me encuentro con una situación que no esperaba. Son las 13'30 y el albergue ya está completo desde poco más de las 12 del medio día. Algo increíble si tenemos en cuenta que este albergue es municipal, dispone de más de cien plazas y estamos aún en el mes de abril.
Toda la información del albergue Jesús y María en este enlace:


Hablo con algunos peregrinos y me comentan que esta lleno porque, a parte de que es el puente del 1 de mayo, los peregrinos han reservado antes de llegar y por eso ya no quedan plazas.
¿Cómo que "los peregrinos han reservado antes de llegar"? "Que se sepa, en los albergues municipales no se puede reservar. Los peregrinos van cogiendo plaza a medida que van llegando y por orden de llegada. ¡Hay que llegar, para poder tener una plaza en los albergues municipales! Vale, pues ahora no. Ahora puedes reservar en casi cualquier albergue. Y lo compruebo al llamar al albergue donde tengo previsto dormir mañana: Los Padres Reparadores, en Puente la Reina. Puedo hacer una reserva sin ninguna complicación.
Tendré que tenerlo en cuenta cuando haga etapas largas, o que por cualquier cosa tenga previsto llegar muy tarde.
Todos los peregrinos andamos locos intentando encontrar plaza en algún albergue privado que no nos cueste un ojo de la cara. 
Cómo estoy cerca de la Catedral, voy a tentar suerte al Plaza Catedral, donde me alojé el martes día 26, antes de subir hacia Roncesvalles. Este es un albergue privado pero a muy buen precio, y que recomiendo tanto por el trato cómo por las instalaciones y servicios. Información en este enlace:


Y ¡Bingo! Tengo suerte. Acaban de cancelar una reserva y así tengo plaza.
En cuanto estoy alojada, me como un par de bocatas con queso, un par de plátanos, y salgo a callejear un poco... 
No dejo pasar la ocasión de tomar un par de cervezas con sus correspondientes tapas en el casco antiguo. Y a descansar no muy tarde. Mañana etapa larga y con desnivel. Por un lado el Alto del Perdón, y por otro, quiero desviarme para visitar le ermita de Santa María de Eunate.
Mañana os lo comento...
Ultreia et Suseia!

¿QUÉ MOCHILA NECESITO?

De nuevo depende de muchos factores, entre ellos la época del año en que hagas el Camino de Santiago. Pero en todos los casos hay una norma básica: el menor peso posible, y que este peso nunca supere el diez por ciento del peso de tu cuerpo. Por lo tanto, si pesas 70 kilos, el peso de la mochila no debería exceder, en ningún caso, los 7 kilos de peso. Y eso engloba la  mochila, saco de dormir, ropa y lo imprescindible, comida y agua.  ¿Imposible? ¡De ninguna manera! Pero tampoco digo que sea cosa fácil. 

Pero vamos por partes. Lo primero de todo, la mochila.

Hay un sinfín de modelos, tipos y colores de mochilas en el mercado. Pero para hacer el Camino de Santiago entero, con la mochila sobre nuestra espalda, hay que tener en cuenta algunas cosas. 

Época del año: según en qué época vayas a hacer el Camino, necesitarás un tamaño u otro de mochila. Por lógica, en verano pasarás con una mochila chiquitita en la que te quepa la poca ropa que llevarás y que gracias a su poco peso te permitirá caminar mejor. 

En invierno, sólo por el volumen de las prendas y el saco de dormir, necesitarás un tamaño más grande, aunque eso no quiere decir que te tengas que pasar de peso... 

Tamaño: cuánto más grande, más pesa y más la vas a querer llenar, por lo que tendrás que ingeniártelas para comprimir lo que te vayas a llevar y utilizar la mochila más pequeña y ligera que puedas. Hay varios tamaños de mochilas. Lo normal, a la hora de hacer el Camino de Santiago, va de los 35 litros, ideal para el verano, en que llevarás muy poca ropa, y los 50 litros o más para el invierno. El modelo y los colores... a tu elección. 

Analicemos los tamaños:

35 litros, para época estival, primavera-verano o verano-otoño. No cabe mucho, en su interior. Y tal vez tengas que llevar alguna cosa colgando en el exterior. La comida, o la chaqueta que llevabas a primera hora. Pero si sabes escoger lo imprescindible para meter dentro, seguramente consigues meterlo todo y  que su peso no exceda de los 6 kilos. El sueño de todo peregrino...

40 litros, para primavera u otoño. Esta pequeña diferencia de capacidad te permitirá embutir en su interior alguna prenda de más abrigo. un pantalón largo y una camiseta técnica de manga larga, o un polar finito, por ejemplo...

45 litros, también para primavera u otoño, pero ideal si la previsión del tiempo a largo plazo es de frío o mucha lluvia.

50 litros, sería la ideal para invierno. Debería ser suficiente para meter todo lo que vas a necesitar en tiempo de frío y lluvia. 

55-60 litros, igual que la de 45 litros, ideal si la previsión del tiempo es de mucho frío i/o mucha lluvia o nieve. Y en esta época sí que tendrás que afinar mucho para no pasarte con el peso, puesto que nadie se queja cuando consigue que su mochila pese poco, pero cuando el peso es excesivo... no son pocos peregrinos los que han tenido que facturar cosas a su casa a las pocas etapas, o dejarlas en algún albergue, por no poder cargar con tanto peso. A parte del riesgo de lesiones en espalda o pies.

Y ya puestos, procura que su material de construcción sea lo más liviano posible. Hay mochilas muy grandes que, por la ligereza de sus materiales, pesan muy poco

Eso sí, a lo que no puedes renunciar de ninguna manera es a la calidad de las sujeciones, comodidad y protecciones. 

Cinchas: imprescindible que todas sus cinchas se puedan graduar y queden lo más fijas posible. Cintura y hombros deberán estar acolchados para evitar que el peso y las horas que la cargues a tu espalda te puedan lesionar o causar dolorosos roces. La cincha pectoral te ayudará a mantenerla equilibrada y pegada a tu cuerpo. También deberá ser de tu talla, y si puede ser específica para tu sexo, mejor que mejor.

Elegir mal la mochila o que pese demasiado, te puede arruinar el Camino. Piensa que todo este peso acaba repercutiendo en caderas, rodillas y pies...

Costuras y cremalleras, deben ser resistentes y de buena calidad. No es plan que a los pocos días de caminar, algunas cremalleras queden abiertas, o se te abra alguna costura. ¡Vaya desastre!

Bolsillos: tampoco deberás renunciar a una buena cantidad de bolsillos interiores y exteriores. Laterales para tener lo más importante a mano, superior (en la tapa) para mapas, guías y papeles varios, y un compartimiento inferior, que se abra desde el exterior, para llevar el saco y la capa y no tener que vaciar toda la mochila cada vez que los necesites. Las cinchas para amarrar los bastones también son importantes, para tener las manos libres cuando no te los necesites.

Impermeabilidad: cómo no, que sea impermeable o que tenga un buen protector bien ajustable a ella para protegerla de los días de lluvia que, seguro, vas a tener.


Yo elegí llevar una mochila de 50L.
Tras la experiencia, reconozco que cometí un error.
Con una de 40L hubiera tenido suficiente.


28/04/2022

28 de abril de 2022 - 1ª etapa - Roncesvalles a Zubiri

Albergue de Peregrinos de Roncesvalles. Inicio el Camino Francés.

Hoy empieza la aventura, la primera etapa del Camino. De Roncesvalles a Zubiri. Unos 22 kilómetros y con un desnivel no excesivamente considerable, pero sí rompe-piernas, en especial la última bajada hasta Zubiri, en la que se descienden casi 300 metros en poco más de tres kilómetros. Visto desde casa no parece tanto. Incluso me he visto a mí misma cómo una exagerada. Pero cuando estás allí, con los kilos de la mochila sobre tu espalda, una persistente llovizna y la expectativa de no cagarla al menos en la primera etapa, todo se vuelve más complicado de lo que es realmente.

Esta es la etapa de hoy. Cómo podéis ver, he utilizado la Revista Gronze, entre otras que iré comentando en su momento, para la preparación y planificación de las etapas y los recorridos. Podéis ver toda la información en este enlace:

Roncesvalles - Zubiri

Me despierto un poco sobresaltada. Veo que la gente empieza a moverse por los pasillos, no sé qué hora es y temo haberme dormido. Miro el móvil, que duerme conmigo, y veo que son sólo las seis de la mañana. De hecho es la hora que yo tenía previsto despertar y empiezo yo también a prepararme para empezar esa primera etapa hasta Zubiri. La noche anterior ya dejé todo a punto para coger el neceser, asearme un poco y vestirme conservando el orden en la mochila y sin demasiado ruido.

Creo que es esencial que, por la noche, cuando nos ponemos a dormir, dejemos todo a punto para no tener que estar armando mucho jaleo y ruido a primera hora. Sobre todo si somos de los que madrugamos mucho y nos levantamos de los primeros. Y una cosa que hay que evitar a toda costa son las puñeteras bolsa de plástico, con su característico y perturbador ruido. Existen bolsas de tela u otros materiales que son absolutamente silenciosas y que se agradecen. 

Me visto, recojo las botas y me dispongo a salir a la calle. Ya cerca de la salida me percato de la cruel realidad: ¡llueve! Mi peor pesadilla se ha cumplido. Inicio en este albergue mi segundo Camino de Santiago, y por segunda vez lo hago con lluvia. 

Foto de 2014, en que también llovió el primer día.

Echo mano de la tecnología y miro la aplicación del radar que llevo en el móvil. Parece que no va a durar mucho, por lo tanto, cómo sólo son las 6'30 y está muy obscuro, me permito esperar esa media hora que me separa de las siete, y... ¡acierto pleno! A las siete sólo queda una espesa niebla y una débil llovizna que capeo con el protector de mochila, el abrigo y el gorro de ala ancha. A esta hora ya tengo luz suficiente para hacer fotos y disfrutar del paisaje.

Bosques i rincones casi mágicos

La niebla ofrece un bonito aspecto fantasmagórico a los bosques, y en los espacios más abiertos, parece trepar por las laderas de las montañas, ofreciéndonos preciosas estampas.

A medida que voy caminando entro en conversación con algunos peregrinos, y en seguida percibo la ilusión de esa primera etapa, o segunda si han empezado en Saint-Jean-Pied-de-Port. Para muchos no es el primer Camino que hacen, cómo yo, pero según me comentan, cada Camino es diferente. Y tienen toda la razón del mundo... hablo por mí misma, que me quedé enamorada del Camino.

Hablando con unos y otros, sin dejar de hacer fotos y procurando no perderme ningún detalle, voy haciendo camino y amigos. A mitad de la etapa ya ha dejado de llover por completo y empiezo a disfrutar de los maravillosos paisajes. El camino se hace muy bien, por buenas pistas forestales o caminos muy bien señalizados. Es una etapa con constantes sube y baja y con una pronunciada bajada hasta Zubiri, por un camino muy pedregoso, embarrado y resbaladizo por la lluvia caída.

Pero llego al final de la etapa, a Zubiri, totalmente satisfecha. El primer día, la primera etapa, los primeros kilómetros de los casi 800 que me separaban de Santiago... superado con éxito.

Puente de la Rabia, en Zubiri

Tal vez os preguntaréis por uno de los temas más recurrentes del Camino... ¿Qué tal los pies? ¿Alguna ampolla? ¿Dolor? Al fin y al cabo, los pies son los que soportarán mi peso y el de la mochila, la tortura de los caminos pedregosos, y los que me tienen que llevar, paso a paso, hasta el final. Bueno... la respuesta es que ampollas no, pero dolor sí, y bastante. Pero el dolor de pies ya me lo traje al Camino des de casa. Uso plantillas ortopédicas, tengo juanetes, dedos en forma de garra, espolón y pies palmeados. ¡Casi nada! Nada que no se pueda resolver con calmantes y antiinflamatorios, en fin, que al que inventó el Ibuprofeno habría que hacerle un monumento en cada final de etapa... 

Me alojo en el Albergue Municipal de Zubiri, sin complicaciones. Muy buen albergue. Lo recomiendo. Si le queréis echar un ojo, clic en el enlace...

Albergue de Peregrinos de Zubiri

Llego sobre las dos del medio día. Des del primer día, mi paso es lento y no llego a destino antes de las dos, dos y media. Me paro mucho a observar el paisaje, hacer fotos, visitar alguna iglesia o monumento. Me gusta impregnarme del ambiente de los pueblos, sus gentes, charlar con lugareños y con los peregrinos... mi objetivo es vivir el Camino en toda su esencia.

Llego al albergue, me inscribo y procuro adoptar una rutina que pueda seguir todos los días: ducha, ropa limpia, lavar y tender lo que esté sucio, y salir a comer, visitar lo interesante del pueblo, y comprar algo de víveres para la noche y mañana.

Y debo tener muy presente que a las diez de la noche cierran puertas y luces en los albergues públicos, por lo tanto tengo que estar dentro y preparada para dormir...

Muy importante. Cuando ya acabo mis tareas rutinarias, llamo a mi chico para comentar cómo ha ido esta primera jornada. Él va a empezar el Camino de la Plata en pocos días. Lo tenemos calculado así para coincidir los dos en Santiago de Compostela el día 28 de mayo. 

Toca descansar. Mañana más. 

Ultreia et Suseia!



ENTRENO Y PREPARACIÓN FÍSICA

¿Debo entrenar, para hacer el Camino de Santiago? Rotundamente, sí.

Senderismo, el mejor de los entrenos

¿Cuánto entreno es necesario? Depende de muchos factores.

Depende sobre todo de la cantidad de etapas que pienses hacer. Si sólo pretendes hacer 4 ó 5 etapas, que también requieren un mínimo de resistencia y forma física, a poco que entrenes y a no ser que seas un sedentario total y absoluto, no vas a tener demasiado problema en conseguirlo. Tres o cuatro semanas caminando el equivalente a las etapas del Camino de Santiago, las dos últimas a diario y con la mochila y el peso oficial, para fortalecer piernas y espalda, y poco más. 

Pero si tu plan es hacer 31 ó 32 etapas hasta Santiago de Compostela, y luego 5 más y seguir hasta Fisterra, ya te digo yo que sí, tienes que entrenar, mucho y duro. ¿Exagero? Si le preguntamos a todos los peregrinos y peregrinas que han tenido que abandonar su sueño por lesiones, traumas, agotamiento... en fin, por no haberse tomado su preparación física en serio, seguramente se maldecirán por haber sido tan tontos y nos darán la razón. Son muchos días seguidos, de muchos kilómetros en cada jornada y casi sin tiempo para recuperarte de un día a otro...

A parte de los Km que quieras hacer, y vamos a suponer que pretendes hacer el Camino entero, desde Roncesvalles a Fisterra, la cantidad de entreno, depende de muchas cosas más. 

Depende sobre todo de la cantidad y calidad del ejercicio físico que acostumbres a practicar durante toda la semana.

Depende también del tipo de vida que lleves en la actualidad (vida i/o trabajo muy activo, o vida i/o trabajo muy sedentario).

Está bien claro que, si eres una persona que trabaja sentada frente a un ordenador o similar, y que tus únicas caminatas consisten en moverte por la casa y poco más, el tiempo de entreno jamás deberá ser inferior a seis u ocho meses. ¡Y si pueden ser doce, mejor! ¡Y no exagero!

Si este es tu caso... no es imposible, pero necesitarás mucho tiempo de entreno y mucho esfuerzo.

A partir de aquí, cuánto más activa sea tu vida, cuánto más deporte hagas durante la semana, y cuánto más fondo y resistencia tengas, menos tiempo necesitarás para tener tu cuerpo a punto para iniciar este gran reto que es acabar el Camino de Santiago con éxito, cumplir tu sueño y llegar al final sin ninguna lesión importante, y sobre todo, no "pinchar", no tener que abandonar en las primeras etapas por problemas que se podrían haber evitado y que te dejan un sabor muy amargo en la boca.

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Cómo entrenar

Yo hice el Camino de Santiago, el Camino Francés, desde Roncesvalles hasta Santiago de Compostela, y luego seguí hasta Fisterra y Muxía. 36 días caminando, del 28 de abril al 3 de junio, 867 Km de recorrido sumando todas las etapas, y a los que falta añadir los Km que hice recorriendo calles y callejuelas y visitando monumentos. Cuento que fueron cerca de 1.000 Km lo que caminaron mis pies. Y me siento muy orgullosa de haberlo hecho todo sin mayores problemas que algunos dolores en los huesos de los pies, y que supe gestionar muy bien desde un buen principio.

Claro que conté con la ayuda y los consejos de un gran maestro, Pepe, mi compañero. Consejos que no hubieran servido de nada si yo no hubiera actuado con sentido común y los hubiera seguido al pie de la letra. ¡Gracias, Pepe!

Podemos entrenar haciendo bonitas caminatas

Pero no os asustéis. El entreno que os voy a proponer para el Camino de Santiago es muy fácil. Sólo necesitáis una cosa: ¡CONSTANCIA!

-Deberéis trabajar los músculos de vuestras piernas para que ganen resistencia y elasticidad y sean capaces de aguantar caminatas de entre 25 y 30 kilómetros diarios durante más de 30 días consecutivos (depende de lo que os propongáis hacer), sin lesiones importantes y sin que se queden sin fuerza a los dos días.

-Vuestro corazón también deberá ganar potencia para bombear a buen ritmo la sangre que se necesita a lo largo de la caminata.

-La espalda. Si hacéis el Camino con la mochila cargada a la espalda (es lo que hice yo y os lo aconsejo), deberéis fortalecer sus músculos para evitar contracturas i/o lesiones con sus desagradables dolores.

-Y de paso, si un día llueve durante el tiempo que estéis entrenando, que no os dé pereza salir también a caminar. Podréis probar vuestro equipo de protección de lluvia y comprobar si es el adecuado... pensad que os va a llover un día u otro, quizás durante varios días consecutivos, y caminar bajo la lluvia no es lo mismo que hacerlo en seco. Es más dificultoso y cansa más. Y hay que tener muy claro que nuestro equipo nos protegerá a nosotros y a nuestra mochila. Si lo probamos antes de iniciar el viaje, siempre lo podremos cambiar y adaptar a nuestras necesidades. 

Más de un día te tocará sufrir las inclemencias del tiempo

Lo que está muy claro es que pretender hacer el Camino de Santiago completo, caminando cada día entre 25 y 30 km, con el peso de la mochila sobre nuestra espalda, sin entreno físico, mental y una buena planificación, tiene muchas posibilidades de hacerte volver a casa a los pocos días con alguna lesión., y, cómo se suele decir, con el rabo entre las piernas y maldiciéndote por haberte pasado de "listillo".

Por lo tanto sí, tendrás que entrenar. Entrenar el cuerpo y la mente. Y tendrás que planificar y tener en cuenta un montón de pequeños detalles que podrían pasarte factura, y resolver un montón de dudas para ser capaz de solucionar cualquier escollo que se te presente.

Y aún hay más. Otros factores a tener en cuenta a la hora de prepararte para acometer este reto, u otro similar. La época del año. No es lo mismo en invierno, en que tendrás que cargar ropa y equipo de más peso y capear con las inclemencias del tiempo, incluida la nieve, que en verano, que podrás ir ligero de peso. Y el entreno será muy diferente.

Y cómo no, la edad. Aunque aquí hay mucho que decir, puesto que yo he visto mucha más gente joven abandonando por falta de preparación física, que gente de cierta edad. Tal vez por qué entre la gente más mayor, muchos ya llevan años, haciendo rutas de senderismo... también en este caso el tipo de entreno va a ser diferente...

Así que... no perdamos más tiempo. En nuevas entradas os iré proponiendo un entreno progresivo, para que lleguéis al inicio del Camino de Santiago con un mínimo de garantías de llegar al final lo mejor posible.

Ultreia et Suseia!

27/04/2022

27 de abril de 2022 - De Pamplona a Roncesvalles.

 Por fin llego a Roncesvalles. Fue una magnífica idea la de no ir ayer. El tren desde Barcelona llega pasadas las 13'30 a la estación de tren, y el autobús a Roncesvalles sale a las 14 horas de la estación de autobuses. Y hay que atravesar la ciudad de Pamplona!! Al más mínimo retraso, ya no llego a tiempo. Y perdería la reserva en el albergue de Roncesvalles... 

Además, pasar la tarde de ayer y la mañana de hoy en Pamplona me permite visitar con calma esta ciudad, que sin duda se lo merece. Y así, cuando vuelva a Pamplona procedente de Zubiri, si estoy muy cansada, podré dedicarme a descansar.

El Café Iruña. Imperdonable no tomar un café aquí...

Así que, sin muchas prisas, abandono el albergue a las ocho de la mañana (es la hora límite), y voy recorriendo calles, plazas y rincones por los que no pasé ayer.. De camino visito algunas calles del casco antiguo, iglesias, y la Ciudadela, que queda muy cerca de la estación de autobuses.

Aquí encontraréis más información de los sitios de interés de Pamplona.

Y a las 14 horas en punto, sale el autobús hacia Roncesvalles. 

Llego a la estación con bastante tiempo, y ya me encuentro con algunos peregrinos dispuestos a iniciar su Camino de Santiago. Son inconfundibles, las mochilas, los palos y los mal disimulados nervios les delatan. NOS, delatan... Dos matrimonios de mediana edad, con los que iré coincidiendo en algunas etapas, y cinco o seis personas más. 

El autobús está a punto de arrancar, cierra las puertas, y aún van llegando algunos peregrinos a todo correr. Han llegado en tren y han tenido que venir corriendo. Han arriesgado y lo han conseguido. Quizás quede alguien que no llegue a tiempo...

Iniciamos trayecto, hacemos algunas paradas, y tras casi dos horas de viaje, llegamos a Roncesvalles.

Iglesia de Santiago y Silo de Carlomagno

Al ser la primera vez que hago el Camino en solitario y la primera noche de albergue, voy más despistada que una cabra en un garaje. Bueno, si echo un vistazo a mi alrededor, me doy cuenta de que casi todos vamos muy despistados. Además, el hecho de que los hospitaleros y voluntarios sean de los Países Bajos y no hablen ni entiendan nada de Español, no ayuda demasiado que digamos...

Pero alguno de los peregrinos que van llegando consiguen entenderse con ellos y traducir alguno de sus mensajes. 

Los hospitaleros han conseguido hacer el registro con total orden y para ello utilizan un buen método. A medida que vamos llegando, nos dan un colgante de color y reúnen a 25 ó 30 personas del mismo color. Hacemos el registro, nos acompañan a las salas de literas y nos explican situación de duchas, lavabos, cocina... y normas del albergue. Todo en grupos y por colores.

Me toca un cubículo con dos literas. Yo sólo hablo español y ellos sólo hablan sus idiomas... vamos bien!! Es un poco estresante, y me doy cuenta de que ni siquiera hacen el más mínimo esfuerzo por entenderme, ni para que yo les entienda. Les sonrío educadamente y me viene a la cabeza una frase que me soltaron en un albergue en Francia, a escasos 10 Km de la frontera con Catalunya, y que en una situación muy parecida y sin pensárselo dos veces me dijeron: "para viajar fuera de casa hay que aprender idiomas..."

Opto por no hacerles el más mínimo caso y me dedico a mis cosas. Una ducha, preparar la ropa y lo que necesito mañana, para no tener que andar haciendo ruido a primera hora, y me marcho a dar una vuelta. Tengo que comer algo y a las ocho quiero asistir a la Misa de Peregrino.

Cae la tarde y la niebla empieza a envolver todo el entorno. Bosques, edificios, e incluso un grupo de vacas que estaban pastando se desdibujan y se pierden entre la bruma. Doy un par de vueltas por allí, hago un buen puñado de fotos y me encuentro con algunos de los peregrinos que también han subido en el autobús. Algunos harán unas pocas etapas, y otros seguirán hasta Santiago de Compostela, cómo yo, haciendo etapas parecidas a las mías y alojándose en albergues públicos. Por lo tanto, nos iremos encontrando en algunas etapas y albergues. Empiezo a tener amigos...


Son casi las ocho y entro en la iglesia. En muchos pueblos y ciudades tendré opción de asistir a las misas i bendiciones de peregrinos. Pero esta en particular, la que se celebra en Roncesvalles cada tarde y se bendice a los peregrinos que el día siguiente van a iniciar la peregrinación a Santiago de Compostela, tiene mucha importancia. Aunque... a juzgar por la poca gente que asistió a esta misa, ya me di cuenta de que el tema religioso o espiritual no estaba muy presente. Éramos poco más de 50 personas durante la misa.

Fue una experiencia fenomenal. El capellán pidió algún voluntario de habla hispana para leer un pasaje del Evangelio, para dar entrada a la Misa. Un chico se ofreció, pero se echó a atrás, alegando no leer muy bien. Y yo, sin saber porqué, levanté la mano y me ofrecí para hacerlo. ¿Porqué no? Recordé que mi chico tuvo una experiencia similar, y que él también se ofreció para hacer una lectura y participar en la Misa. Leí unos Hechos de los Apóstoles y un Salmo y se celebró la Misa.

Una vez finalizada la Santa Misa, el padre Valentín, español, y el padre Tomás, de origen chino pero con todos sus estudios en España, nos reunieron ante el Altar a los pocos peregrinos que quedábamos. Por la hora que era, era de suponer que le dieron preferencia a la cena antes que a la comida... Se nombró el país de origen de todos los que quedábamos, y se nos dio la bendición en todos los idiomas de los allí presentes. Fue muy, muy emotivo.

El padre Valentín se ofreció a hacernos de guía y explicarnos la historia de la Real Colegiata de Santa María de Roncesvalles. Nos explicó su historia, algunos detalles de su arquitectura, y al final, cuando ya sólo quedábamos una docena de peregrinos, nos llevó a un sitio que, según él, no dejan ver a nadie: la cripta! Bajamos por una escalera de caracol de piedra excabada en la roca y llegamos a una especie de sala redonda, sin nada en su interior y alumbrada sólo con una bombilla. El párroco nos dijo que no podíamos tocad las paredes. En ellas había pinturas murales originales!! Eran simples cenefas, pero su valor, por ser tan antiguas, era incalculable. Esta cripta se construyó al nivelar el terreno, puesto que había unos 6 ó 7 metros de desnivel, y no se utilizó para nada. No consta que se hubiera enterrado a nadie en su interior, ni que se hubiera utilizado cómo almacén ni nada parecido.

Quedé extasiada y maravillada. La Misa, la bendición, la visita y las explicaciones del Padre Valentín reconfortaron mi espíritu y me hicieron olvidar que en el exterior la niebla se había adueñado de todos los rincones. Los pocos que quedamos nos hicimos la misma pregunta: ¿Aguantará sin llover, mañana? Quisimos pensar que aguantaría...

Veremos mañana que tal...

Poco a poco la calle se quedó desierta. Hacía fresco, y mañana tocaba madrugar. Toca la primera etapa, des de Roncesvalles hasta Zubiri.

Ultreia et Suseia!

¿EN GRUPO O EN SOLITARIO?

 Esta es una de las primeras preguntas que solemos hacernos. Y para mí sólo hay una respuesta: las dos opciones son buenas. 

Vamos a analizar detenidamente las dos opciones en base a mi propia experiencia, los pros y los contras, y a eliminar mitos y leyendas urbanas.

El Camino de Santiago en grupo. Ventajas.

Pequeño grupo de peregrinos.

Mi primer encuentro con el Camino de Santiago fue formando parte de un grupo de ocho personas. Desde hacía tiempo, uno de mis compañeros nos decía que, en cuanto se jubilara, haría el Camino de Santiago. El último año de su vida laboral ya lo dedicó a recopilar todo tipo de información y a empezar a planificar las etapas y a soñar con el momento de empezar esta aventura. A soñar con el "Camino de las Estrellas". Cuando nos reuníamos, no dejaba de explicarnos historias y leyendas, mostrarnos fotos y comentarnos la ilusión que le hacía hacer el Camino de Santiago. No tardó en contagiar a todo el grupo esa ilusión y esas ganas de recorrer unos caminos y unos pueblos tan cargados de historia. 

Él se cuidó de todo lo referente al transporte al punto de inicio, reservas de alojamientos, etapas... ¡Todo! Menudo crack! Y también fue él quien decidió que el grupo fuera de ocho personas. Decía que este era un número de personas manejable, y que ofrecía ventajas a la hora de reservar compartimentos en el tren o habitaciones en albergues o pensiones. Eso significaba que los demás integrantes del grupo no tuvimos que preocuparnos de nada, sólo de nuestro equipo personal y de pasarlo bien.

Otra ventaja que ofrecía el grupo era que siempre tenías a alguien a tu lado en los momentos en que te asaltaba alguna duda, de logística, de normas de los albergues, de perderse en los caminos, o de cómo curar correctamente una ampolla... entre todos se solucionaba todo. Entre todos se decidía y planificaba todo lo referente a donde ir a comer, qué visitar, el ritmo de las etapas o cuando parar a descansar. Al ser gente que nos conocíamos desde hacía mucho tiempo, había confianza entre nosotros. Hablábamos mucho, reíamos sin parar y lo pasamos muy bien. También compartíamos los posibles momentos de morriña, momentos en que encuentras a faltar tu casa, tu familia, tu zona de confort...  

Compartíamos todo. Alojamiento, mesa a la hora de comer, paseos... éramos como una manada. Pocas veces nos separábamos. Lo pasábamos genial.

En grupo y con todo organizado...

Y ahora sus contras. 

Y el principal es que siempre vas supeditado a la voluntad del grupo. Imaginemos que en un momento dado, un componente del grupo tiene ganas de ir a visitar una iglesia o cualquier punto un poco alejado del camino y que deba desviarse para llegar. Si el grupo no lo ve conveniente o no le apetece, ¿Qué puede suceder? 

Hay dos opciones. Una, el que deseaba hacer esa visita desiste, y por lo tanto se pierde una visita que seguramente jamás volverá a hacer. 

Segunda, el interesado decide ir por su cuenta ese día, hacer la visita, y volver a encontrarse con el grupo al final de la etapa, con lo que este día se fragmenta el grupo y además, esa persona no es entendida por la mayoría de los demás miembros del grupo.

Esto nos sucedió la primera vez que hice un tramo de Camino en grupo. En la etapa entre Pamplona y Puente la Reina. Uno de los miembros del grupo estaba interesado en ir a visitar la Ermita de Santa María de Eunate, entre Muruzábal y Óbanos, teniendo que desviarse para ello un par de km para ir y otro tanto para volver, alargando la etapa casi 4 km, cosa que no fue del agrado del resto de los componentes del grupo. Recuerdo que este chico se separó de nosotros a primera hora, aceleró el ritmo, visitó la ermita de Santa María de Eunate, y se reunió con nosotros por la tarde, contento, muy contento.

Sin embargo, creo que el resto del grupo no le entendieron (entendimos) correctamente. No entendimos que el Camino es muy personal y que cada uno lo vive a su manera. No entendieron la importancia de hacer el Camino según lo que se sienta y se desee en cada momento. No entendieron que, a pesar de ser un grupo, hay que respetar la individualidad de cada uno. 

Otro punto en contra al ir en grupo es que nos encerramos en el grupo y apenas nos comunicamos con el resto de la gente. Apenas unas pocas palabras de pasada. Y al no compartir salas con el resto de peregrinos en los albergues, aún nos encerramos mas en nuestro grupo y perdemos la esencia del camino.

Al ir en grupo solíamos compartir mesa para hacer un menú, o cocinábamos algo en la cocina comunitaria si las instalaciones lo permitían. Pero solíamos ir a lo nuestro. Ya es complicado cocinar para ocho personas, cómo para compartir cocina con otras personas. Además, en los albergues privados, la gente va a su rollo, los grupos no interactúan. En albergues privados no se suelen organizar esas comidas comunitarias en que, menos el tenedor se comparte todo.

Y hasta aquí, todo correcto. Disfrutar de la seguridad y el apoyo de un grupo, es una aventura fantástica, sobre todo para aquellas personas que no tengan experiencia en salidas o rutas de este tipo, o que teman no estar capacitadas o no tener los conocimientos necesarios para salir airosas de un proyecto cómo este.

Camino de Santiago en solitario. Ventajas.

En solitario te hace sacar todo tu ingenio...
Jamás he pensado que sea mejor o peor una forma de hacerlo que la otra. Sencillamente son totalmente diferentes. Si en su momento hice el Camino en grupo, también he tenido la posibilidad, este mismo año, de hacerlo en solitario. 

Es evidente que, si lo hacemos en solitario, dependemos en todo momento de nosotros mismos. La planificación, la forma física, la mochila, la comunicación con el resto de peregrinos...  tendremos que hacer un gran esfuerzo para superar muchos pequeños retos, pero este mismo esfuerzo nos hará mas fuertes.

Contrariamente a lo que pueda parecer, hacer el Camino de Santiago en solitario, no significa de ninguna de las maneras estar o caminar sólo, a no ser que se desee y se busque tal cosa. Siempre estaremos rodeados de gente. Recuerdo que, en mi viaje en solitario, ya en el autobús entablé conversación con algunos viajeros. En el tren, sucedió lo mismo. Y a partir de ahí, empecé a ganar confianza en mí misma, aprendí a abrirme a los demás, a no tener miedo de esos pequeños retos que, al fin y al cabo, fueron la salsa del día a día de mi aventura.

Vamos solos, pero en los albergues nos juntamos con gente de todas las clases, ideologías, pensamientos... esto nos ofrece la posibilidad de hablar con unos y con otros, juntarnos con los peregrinos con ideas o pensamientos mas afines a los nuestros, compartir ideas, vivencias, penas o alegrías. O mantener nuestro retiro y nuestro aislamiento, para reflexionar y pensar en nuestras cosas.

Podemos compartir comidas, bebidas, y cervezas en un bar, charlas y risas, o mantenernos al margen e ir a nuestro ritmo.

En fin, que hacer el Camino de Santiago en solitario, nos da libertad para decidir cómo lo vivimos en cada momento. Y por descontado que, a no ser que así lo deseemos (y a veces es muy difícil de conseguir), nunca estaremos solos.

A veces buscamos expresamente la soledad...

Personalmente, creo que la mayor de las gratificaciones que obtenemos es que nos hace crecer. Nos hace ganar confianza en nosotros mismos, aprendemos a resolver y a enfrentarnos a pequeños retos vitales para seguir adelante.

Y ahora sus contras.

No puedo decir que haya tenido problemas, dudas o dilemas remarcables. Pero, en mi caso, al estar fuera de casa tantos días, 41 días en total, y no tener a mi lado ciertas personas, me empezó a entrar cierto grado de añoranza. Añoraba a mi compañero, mi hijo, mi casa y mi zona de confort...

Por lo demás, no hay inconvenientes o contrariedades remarcables. Siempre encontraremos una mano amiga que nos ayude, alguien con quien conversar.

La decisión de hacerlo de una forma u otra debe ser personal y de cada uno. No debemos permitir que nada ni nadie nos corte la libertad de hacerlo como lo deseemos.

Ultreia et Suseia!

26/04/2022

26 de abril de 2022 - Viaje al punto de inicio del Camino. De Palamós a Pamplona.

 Dependiendo del Camino a Santiago que hayamos elegido, tendremos que desplazarnos a un punto u otro de nuestro país. Incluso el mismo Camino lo podremos empezar en diferentes puntos de su recorrido, según las etapas que vayamos a hacer.

Yo elegí el Camino Francés, y decidí empezarlo en Roncesvalles. Podría haberlo empezado en Saint-Jean-Pied-de-Port, en Francia, y atravesar los Pirineos, cómo hacen muchos peregrinos, y no hubiera tenido ningún problema para llegar ahí, puesto que hay servicio de autobús desde Pamplona. Pero aquí no hay normas escritas, sólo la libertad de cada uno. 

Elegí empezar mi Camino de Santiago en roncesvalles

Recomiendo hacer reserva antes de ir. Es un albergue muy concurrido, puesto que recoge la gente que viene de Pamplona y los que vienen a pie, desde Jean-Pied-de-Port.


🏠Albergue de Peregrinos de Roncesvalles🏠


Una vez elegido el punto de inicio del Camino, Roncesvalles en mi caso, busco la mejor combinación de transporte público para llegar ahí. Es complicado, puesto que hay que combinar autobús, tren y otro autobús, y por los horarios de servicio me obliga a cogerme dos días para llegar sin agobios. Aunque... eso de sin agobios...

Este enlace os puede interesar... aconsejo buscar billete con varios días de antelación si se quiere encontrar tren para la fecha en que deseamos salir y tal vez alguna oferta.


🚍Horarios y billetes de tren🚍


El autobús que tiene que llevarme a Barcelona debería salir a las 6'30 de la mañana de Palamós, pero no aparece hasta las 6'45. No vamos bien, nada bien... me subo al autobús y arrancamos. A estas horas, 15 minutos de retraso, con el aumento del tráfico a cada minuto, y el largo recorrido que tenemos por delante, pueden suponer que los tres cuartos de hora de paso que tenía de margen se achique y se convierta en... ¡no llegar a tiempo para enlazar con el tren!

Bueno, 15 minutos no son tantos, incluso se pueden arañar unos cuantos si el conductor le mete un poco de caña. Pero este no era el caso, y a la entrada de Barcelona las cosas se complicaron aun más, con las típicas retenciones y los minutos de retraso que aumentan sin parar...

El autobús llega por fin a Barcelona, a la Estación del Norte. Son las 9 en punto. Y el tren a Pamplona sale de la estación de Sants a las 9'30... salgo de la estación a todo correr, paro un taxi y le pido al taxista que vuele, si puede, a la estación de Sants. Parece que todos los semáforos se hayan puesto de acuerdo en ponerse rojos a nuestro paso, y el tráfico se vuelve compacto y  avanzamos con mucha lentitud. El taxista me comenta su enfado (y el de mucha gente) con la planificación urbanística de Ada Colau y su manía de eliminar carriles por todas partes. No conozco en absoluto la política ni la gestión de la alcaldía de Barcelona por parte de Ada Colau, pero en estos momentos me cae fatal...

Llegamos a Sants, el taxista para en mitad de la calle, pago y arranco a correr hacia la estación. Las 9'15. ¡Madre mía! ¿A que no llego?

Hace siglos que no entro en esta estación y con los nervios no sé ni hacia dónde ir. Pregunto a un empleado que veo por allí (es lo más rápido) y sigo sus indicaciones. El zig-zag para llegar al arco de seguridad y el túnel por el que debe pasar la mochila, el mostrador en el que controlan la documentación, y las escaleras que bajan a las vías. Coche 17.... ¡por fin! Me subo, coloco la mochila en el estante de los equipajes, me siento, y en menos de 5 minutos el tren arranca. Me dejo caer en el asiento. ¡Lo conseguí! ¡Por los pelos, pero lo conseguí! Aunque...

Ya en mi asiento y más relajada siento el vaivén el arranque del tren.

🚊 🚊 🚊

Y por megafonía, uno de esos típicos mensajes... "El tren con destino Salamanca, acaba de hacer su salida"... ¡Salamanca! ¿Este tren va a Salamanca? 😱😱😱  Si, me comentó una pareja sentada a mi lado al ver mi sobresalto. Pero tranquila, que para en Pamplona... Bueno, creo que por fin me puedo relajar y empezar a soñar con todo lo que tengo por delante... 

Hice bien en tomar dos días para llegar a Roncesvalles.

El tren llega a Pamplona a las 13'35, el autobús a Roncesvalles sale a las 14 en punto, y hay que cruzar la ciudad entera para ir de la estación de tren a la de autobús, y no veo taxis por allí. Creo que hay algún autobús que va a la estación, pero al no saberlo con seguridad, y para no andar al borde del infarto, sobre todo con los acostumbrados retrasos que traen los trenes, decido no jugármela. Demasiado justo. Como llegue con 10 ó más minutos de retraso, no llego. Demasiado estrés, para ser el primer día. Además, el hecho de pasar ahora un día extra en Pamplona me permite visitarla a fondo, recorrer sus calles, plazas y edificios más emblemáticos y  cuando vuelva a pasar por aquí, en un par de días, si estuviera muy cansada podría pasar la tarde en el albergue.

Antes de salir de casa ya me preocupé de hacer una reserva en un albergue privado, el Plaza Catedral, que se encuentra a escasos 50 metros de la fachada principal de la Catedral de Pamplona. Un lujazo a muy buen precio. Por si os interesa, podéis verlo en este enlace...


🏡Una maravilla de albergue🏡


Y si queréis más sitios donde alojaros, os puede interesar esto


🏨Dónde alojarse en Pamplona🏨


Cómo dispongo de toda la tarde, me lo cojo con clama. Primero una ducha, y luego a comer un poco. y ya más recuperada me dispongo a recorrer todo lo que pueda de esta magnífica ciudad. Tengo toda la tarde...

Catedral de Pamplona




Fachada del Ayuntamiento de Pamplona.

Plaza del Castillo

Me lo estoy cogiendo con mucha calma. Me dedico a disfrutar de las calles, las plazas y los monumentos. Y todo eso es algo que no falta en esta maravillosa ciudad.

Salgo a pasear por Pamplona. Uno de mis objetivos más importantes en esta ciudad era visitar la Catedral, y cómo la tengo a tocar del albergue, en cuanto formalizo la entrada en el albergue le hago una visita exhaustiva. Más de una hora recorriendo todos sus rincones. Cuando acabo con la Catedral me dirijo al Ayuntamiento, calles Mercaderes y Estafeta por donde corren los toros en San Fermín, Plaza del Castillo... 

A eso de las ocho estoy en el albergue, en la sala común, ante un gran ventanal que da directamente a la catedral. Lloviznea. Las campanas llaman a misa de ocho. Siento calma y paz, mucha paz. Pienso en mi compañero y mi familia, a los que no veré en unos cuantos días... ya sólo falta cenar, descansar un rato y a dormir.

Mañana tengo toda la mañana libre puesto que el autobús que me llevará a Roncesvalles sale a las 14 horas y es el único. Sólo sale este, cada día.

Monumento a los encierros de San Fermín.

Ultreia et Suseia!