Una etapa un poco más larga que las demás, puesto que en Muruzábal me desvío para visitar la ermita de Santa María de Eunate, regreso por Obanos, y en total hago algo más de 27 kilómetros. También el desnivel ha sido un poco remarcable al ascender al Alto del Perdón, al poco de Salir de Pamplona, y descender por un camino muy pedregoso y con fuerte desnivel. Aparte del calor...
Al poco de salir de Pamplona ya diviso la Sierra del Perdón al fondo. ¿Acojona, verdad? |
Pero a medida que me acerco, la realidad se ve muy diferente... |
De todas maneras, no me ha parecido tan fuerte cómo preveía. Ya lo hice hace unos años, y lo recordaba cómo algo más dificultoso. A veces los recuerdos se nos muestran distorsionados y nos revelan una realidad un tanto deformada por el paso del tiempo.
Para que veas que no es tanto, ahí van unos datos:
De Zizur Menor al Alto del Perdón hay 8 kilómetros de recorrido, con un desnivel de poco más de 300 metros. ¡No es tanto!
En este enlace puedes comprobar que es una etapa larga y durilla, pero asequible:
La bajada es un poco más potente, puesto que se descienden 300 metros en apenas 3 kilómetros y por camino muy pedregoso. Un consejo. Es muy importante que en este tipo de caminos tan pedregosos, ya sean de subida o de bajada, utilices bastones, y a poder ser los dos. En estas bajadas, los dos bastones te ofrecen estabilidad y evitan que se te carguen en exceso las rodillas.
He adoptado la norma de levantarme a las seis de la mañana para empezar a caminar sobre las siete menos cuarto. Si salgo más temprano, todavía está muy obscuro y me pierdo cantidad de cosas por falta de luz. Aparte que no puedo hacer fotos.
Los primeros rayos de sol al atravesar el campus universitario. |
A la salida de las ciudades grandes pasa lo mismo que a la entrada: tienes por delante unos cuantos kilómetros de asfalto, calles, plazas y avenidas. Ayer por la tarde, cuando salí a callejear por la ciudad, me fijé por dónde seguía el Camino de Santiago y así ya voy directa y sin dudas. Atravieso el casco antiguo, sigo por la calle Mayor hasta el final, Jardines de la Taconera, la Ciudadela, el Campus de la Universidad de Navarra, y por fin salgo a campo abierto.
No tardo en llegar a Zizur Menor.
Zizur Menor. Parroquia de San Emeterio y San Celedonio |
Transito por extensos campos de cereal, con parcelas de colza en plena floración intercaladas, que ofrecen un bonito mosaico de colores.
Ya a pocos metros del último tramo de la ascensión al Alto del Perdón, atravieso el pequeño pueblo de Zariquiegui, en el que destaca la iglesia de San Andrés de Zariquiegui.
San Andrés de Zariquiegui. |
Y empieza la subida al Alto del Perdón. Buena pista, y aunque no lo parezca, el ascenso es suave y llego a arriba sin darme cuenta. A las 11 de la mañana ya estoy arriba.
El Alto del Perdón. |
Una buena parada para contemplar el paisaje, que es espectacular, y toca empezar a bajar, con cuidado de no resbalar con las piedras sueltas, apoyándome en los palos, sin prisa pero sin pausa...
Otro núcleo de población, antes de llegar a Muruzábal, es Uterga. Este es otro de aquellos pequeños pueblos en los que piensas: la iglesia es más grande que el propio pueblo...
Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, en Uterga. |
En Muruzábal tomo un desvío a la izquierda para visitar la ermita de Santa María de Eunate. Muy recomendada por casi todos los peregrinos, especialmente por Pepe, mi pareja. Este es uno de estos puntos del Camino que no puedes pasar por alto. Santa María de Eunate es una joia del Románico, de planta octogonal y con el claustro exterior.
Espectacular, Santa María de Eunate, de planta octogonal y con su claustro exterior. |
Voy bien de tiempo, y vale la pena hacer los casi cuatro kilómetros extra que hay que sumar a la etapa de hoy para visitar esta preciosa ermita. Además, por los pelos porque estaban cerrando, pero he tenido la oportunidad de visitar su interior, que también es una maravilla.
Interior de Santa María de Eunate |
La vuelta la hago por Obanos. ¡Rediós, con la subidita al pueblo! Tiene miga, y más si hace calor, cómo hoy...
Por fin, sobre las tres de la tarde llego al albergue de Puente la Reina. Magnífica acogida por parte de Los Padres Reparadores, en un día en que, por la gran cantidad de peregrinos, parece haberse desatado el caos. Pero ningún problema. Sin duda, os lo recomiendo. Aquí podéis echar un ojo:
Albergue de los Padres Reparadores, en Puente la Reina
Ahora toca ducha, comida y un buen paseo por esta monumental población. Imperdonable no visitar la Iglesia del Crucifijo, la Iglesia de Santiago, y el monumental puente románico sobre el río Arga.
Y ya toca descansar, que mañana hay que seguir haciendo kilómetros.
Ultreia et Suseia!