27/04/2022

27 de abril de 2022 - De Pamplona a Roncesvalles.

 Por fin llego a Roncesvalles. Fue una magnífica idea la de no ir ayer. El tren desde Barcelona llega pasadas las 13'30 a la estación de tren, y el autobús a Roncesvalles sale a las 14 horas de la estación de autobuses. Y hay que atravesar la ciudad de Pamplona!! Al más mínimo retraso, ya no llego a tiempo. Y perdería la reserva en el albergue de Roncesvalles... 

Además, pasar la tarde de ayer y la mañana de hoy en Pamplona me permite visitar con calma esta ciudad, que sin duda se lo merece. Y así, cuando vuelva a Pamplona procedente de Zubiri, si estoy muy cansada, podré dedicarme a descansar.

El Café Iruña. Imperdonable no tomar un café aquí...

Así que, sin muchas prisas, abandono el albergue a las ocho de la mañana (es la hora límite), y voy recorriendo calles, plazas y rincones por los que no pasé ayer.. De camino visito algunas calles del casco antiguo, iglesias, y la Ciudadela, que queda muy cerca de la estación de autobuses.

Aquí encontraréis más información de los sitios de interés de Pamplona.

Y a las 14 horas en punto, sale el autobús hacia Roncesvalles. 

Llego a la estación con bastante tiempo, y ya me encuentro con algunos peregrinos dispuestos a iniciar su Camino de Santiago. Son inconfundibles, las mochilas, los palos y los mal disimulados nervios les delatan. NOS, delatan... Dos matrimonios de mediana edad, con los que iré coincidiendo en algunas etapas, y cinco o seis personas más. 

El autobús está a punto de arrancar, cierra las puertas, y aún van llegando algunos peregrinos a todo correr. Han llegado en tren y han tenido que venir corriendo. Han arriesgado y lo han conseguido. Quizás quede alguien que no llegue a tiempo...

Iniciamos trayecto, hacemos algunas paradas, y tras casi dos horas de viaje, llegamos a Roncesvalles.

Iglesia de Santiago y Silo de Carlomagno

Al ser la primera vez que hago el Camino en solitario y la primera noche de albergue, voy más despistada que una cabra en un garaje. Bueno, si echo un vistazo a mi alrededor, me doy cuenta de que casi todos vamos muy despistados. Además, el hecho de que los hospitaleros y voluntarios sean de los Países Bajos y no hablen ni entiendan nada de Español, no ayuda demasiado que digamos...

Pero alguno de los peregrinos que van llegando consiguen entenderse con ellos y traducir alguno de sus mensajes. 

Los hospitaleros han conseguido hacer el registro con total orden y para ello utilizan un buen método. A medida que vamos llegando, nos dan un colgante de color y reúnen a 25 ó 30 personas del mismo color. Hacemos el registro, nos acompañan a las salas de literas y nos explican situación de duchas, lavabos, cocina... y normas del albergue. Todo en grupos y por colores.

Me toca un cubículo con dos literas. Yo sólo hablo español y ellos sólo hablan sus idiomas... vamos bien!! Es un poco estresante, y me doy cuenta de que ni siquiera hacen el más mínimo esfuerzo por entenderme, ni para que yo les entienda. Les sonrío educadamente y me viene a la cabeza una frase que me soltaron en un albergue en Francia, a escasos 10 Km de la frontera con Catalunya, y que en una situación muy parecida y sin pensárselo dos veces me dijeron: "para viajar fuera de casa hay que aprender idiomas..."

Opto por no hacerles el más mínimo caso y me dedico a mis cosas. Una ducha, preparar la ropa y lo que necesito mañana, para no tener que andar haciendo ruido a primera hora, y me marcho a dar una vuelta. Tengo que comer algo y a las ocho quiero asistir a la Misa de Peregrino.

Cae la tarde y la niebla empieza a envolver todo el entorno. Bosques, edificios, e incluso un grupo de vacas que estaban pastando se desdibujan y se pierden entre la bruma. Doy un par de vueltas por allí, hago un buen puñado de fotos y me encuentro con algunos de los peregrinos que también han subido en el autobús. Algunos harán unas pocas etapas, y otros seguirán hasta Santiago de Compostela, cómo yo, haciendo etapas parecidas a las mías y alojándose en albergues públicos. Por lo tanto, nos iremos encontrando en algunas etapas y albergues. Empiezo a tener amigos...


Son casi las ocho y entro en la iglesia. En muchos pueblos y ciudades tendré opción de asistir a las misas i bendiciones de peregrinos. Pero esta en particular, la que se celebra en Roncesvalles cada tarde y se bendice a los peregrinos que el día siguiente van a iniciar la peregrinación a Santiago de Compostela, tiene mucha importancia. Aunque... a juzgar por la poca gente que asistió a esta misa, ya me di cuenta de que el tema religioso o espiritual no estaba muy presente. Éramos poco más de 50 personas durante la misa.

Fue una experiencia fenomenal. El capellán pidió algún voluntario de habla hispana para leer un pasaje del Evangelio, para dar entrada a la Misa. Un chico se ofreció, pero se echó a atrás, alegando no leer muy bien. Y yo, sin saber porqué, levanté la mano y me ofrecí para hacerlo. ¿Porqué no? Recordé que mi chico tuvo una experiencia similar, y que él también se ofreció para hacer una lectura y participar en la Misa. Leí unos Hechos de los Apóstoles y un Salmo y se celebró la Misa.

Una vez finalizada la Santa Misa, el padre Valentín, español, y el padre Tomás, de origen chino pero con todos sus estudios en España, nos reunieron ante el Altar a los pocos peregrinos que quedábamos. Por la hora que era, era de suponer que le dieron preferencia a la cena antes que a la comida... Se nombró el país de origen de todos los que quedábamos, y se nos dio la bendición en todos los idiomas de los allí presentes. Fue muy, muy emotivo.

El padre Valentín se ofreció a hacernos de guía y explicarnos la historia de la Real Colegiata de Santa María de Roncesvalles. Nos explicó su historia, algunos detalles de su arquitectura, y al final, cuando ya sólo quedábamos una docena de peregrinos, nos llevó a un sitio que, según él, no dejan ver a nadie: la cripta! Bajamos por una escalera de caracol de piedra excabada en la roca y llegamos a una especie de sala redonda, sin nada en su interior y alumbrada sólo con una bombilla. El párroco nos dijo que no podíamos tocad las paredes. En ellas había pinturas murales originales!! Eran simples cenefas, pero su valor, por ser tan antiguas, era incalculable. Esta cripta se construyó al nivelar el terreno, puesto que había unos 6 ó 7 metros de desnivel, y no se utilizó para nada. No consta que se hubiera enterrado a nadie en su interior, ni que se hubiera utilizado cómo almacén ni nada parecido.

Quedé extasiada y maravillada. La Misa, la bendición, la visita y las explicaciones del Padre Valentín reconfortaron mi espíritu y me hicieron olvidar que en el exterior la niebla se había adueñado de todos los rincones. Los pocos que quedamos nos hicimos la misma pregunta: ¿Aguantará sin llover, mañana? Quisimos pensar que aguantaría...

Veremos mañana que tal...

Poco a poco la calle se quedó desierta. Hacía fresco, y mañana tocaba madrugar. Toca la primera etapa, des de Roncesvalles hasta Zubiri.

Ultreia et Suseia!

2 comentarios:

  1. M'agrada poder llegir els teus relats,
    són molt vius i propers.

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