18/05/2022

18 de mayo - 21ª etapa - Astorga - Foncebadón

 La cosa se anima. Se anima el desnivel, los paisajes montañosos, las subidas... y el cansancio. La etapa de hoy ha sido toda en constante ascenso, sobre todo al final, de Rabanal del Camino a Foncebadón.

Cómo cada día, me encanta ver salir el sol al inicio de la etapa.

Una etapa de 26 kilómetros, en paralelo con la carretera de Astorga hasta Rabanal, y hasta Foncebadón por pistas y caminos, en ascenso un poco más fuerte. Puedes ver toda la información aquí.

ASTORGA - FONCEBADÓN

Hay peregrinos que, en lugar de subir hasta Foncebadón se quedan a pasar la noche en Rabanal del Camino. Una buena opción. Casi seis kilómetros menos y la subida fuerte para mañana, en fresco. Pero esto significaría que, la etapa de mañana que tendría que ser de Rabanal del Camino a Ponferrada, iba a sumar esos seis kilómetros y tendría que hacer un total de 33 kilómetros, con la subida a Foncebadón y la bajada a Molinaseca. Y realmente, se me ponen los pelos de punta sólo de pensar en que me enfrentaría a más de 500 metros de desnivel positivo y casi 1200 metros de desnivel negativo. No. Mi cuerpo ha adquirido una resistencia que ni yo pensaba que pudiera coger, pero tampoco quiero hacer locuras, y tampoco quiero hacer grandes cambios en mi proyecto... Y tengo un motivo muy especial para seguir firme en mi objetivo de llegar a Santiago de Compostela el día 28 de este mes, o sea, en diez días: Pepe, mi pareja, viene por la Vía de la Plata, y el día 28 tenemos que encontrarnos los dos en Santiago. Creo que podéis entender perfectamente mi emoción y mis ganas de que llegue este día...

Hoy tengo por delante una bonita etapa, aunque un poco durilla. 

El primer tramo, hasta Murias de Rechivaldo, es completamente llano. 

No creo que nos vayamos a perder...

De Murias de Rechivaldo a Santa Catalina de Somoza, voy en suave ascenso. 

Santa Catalina de Somoza

De Santa Catalina de Somoza a Rabanal del Camino se empieza a notar el ascenso.
A madia mañana, el calor empieza a hacerse notar, y el ascenso sigue siendo la nota dominante de la etapa de hoy. Por fortuna voy pasando por pequeños pueblos de gran belleza. Después de Santa Catalina, llego a El Ganso. En este pueblo nos reciben dos bares muy interesantes: Cowboy y la Barraca. Yo decido parar en Cowboy a desayunar y reponer fuerzas.
Un merecido alto en el camino en un sitio muy agradable.
Estos son pueblos muy pequeños, en los que suelen destacar hermosas iglesias, cómo la de Santiago Apóstol, en El Ganso, y antiguas casas de piedra. El Camino va en paralelo a la carretera, sin apenas sombras, hasta llegar a unos tres kilómetros de Rabanal del Camino, donde el sendero se adentra en un precioso bosque de robles y se vuelve bastante pedregoso. 

Subiendo a Rabanal del Camino.

Tal vez por eso, algunos peregrinos optan por seguir por la carretera, pero se pierden un camino precioso, y no es nada difícil de hacer. Paso a paso se llega bien a Rabanal del Camino, donde lo primero que encontramos es una  fuente con bancos a su alrededor que no desaprovechamos para refrescarnos y comer alguna cosilla.

Rabanal del Camino

Y ya sólo falta el tramo más duro, de Rabanal del Camino hasta Foncebadón.

Ya al final de la etapa de hoy, cansada, y con el camino en moderado-fuerte ascenso, este tramo se me hace bastante durillo y largo. Pero la belleza de las vistas y el entorno hacen que me olvide del cansancio y me dedique a hacer fotos y admirar toda esta belleza.

Hermoso paisaje camino de Foncebadón.

Y por fin llego a Foncebadón. Cansada, pero extasiada con las vistas que hay desde este lugar. Me inscribo en el albergue, La Posada del Druida. Una maravilla. Tiene patio interior con mesas y sillas y los lavaderos. Los tendederos están en la parte de atrás, desde donde se tienen unas vistas espectaculares, con Astorga a lo lejos, muy lejos y muy abajo. Es en este momento en el que pienso: ¡Madre mía! ¿Cómo he podido ser capaz de subir hasta aquí arriba? Es una pasada. 
El albergue es este:


Y aun me quedan fuerzas para salir a dar una vuelta por este diminuto núcleo de casas, en el que creo que hay más albergues que casas particulares.  Me han dicho que, hace unos años, había un rebaño de cabras que iban a su aire por todo el pueblo, y que incluso se paseaban por los tejados de las casas. Yo misma recuerdo haberlas visto en un Camino que hice con anterioridad. Pero ahora ya no están. Parece ser que las quitaron por los destrozos que hacían en los tejados y por cuestiones de higiene...  Ahora sólo queda un reducto de seis ovejas, tres de grandes y tres corderitos.

Vista de la calle principal de Foncebadón.


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