17/05/2022

17 de mayo - 20ª etapa - Villar de Mazarife - Astorga

 Una de las etapas más largas de todo el Camino. Unos 32 kilómetros, con un recorrido muy irregular. Los primeros 18 kilómetros, hasta Villares de Órbigo, son completamente llanos. A partir de este pueblo se inicia un buen sube y baja, por pista y caminos de tierra muy pedregosos, y hasta San Justo de la Vega, que queda a tres kilómetros de Astorga. Toda la información de la ruta en este enlace:

VILLAR DE MAZARIFE - ASTORGA

Hasta me parece mentira haber podido llegar hasta donde estoy. Con esta etapa habré hecho casi las dos terceras partes del Camino hasta Santiago de Compostela. Y lo mejor de todo es que a estas alturas me siento fenomenal. Es cómo si mi cuerpo se hubiese acostumbrado a levantarse de la cama y empezar a caminar, así, cómo si fuese la cosa más normal del mundo. Estoy descubriendo que mi cuerpo es mucho más fuerte y resistente de lo que yo me pensaba. Y que mi mente tiene más poder sobre él de lo que jamás imaginé. En general, estoy descubriendo que, al poner mi cuerpo y mi mente en situación límite, responden mucho mejor de lo que imaginaba. 

Primeras luces del día, ¡en marcha!

De nuevo tengo por delante una etapa con dos posibles variantes. Pero para decidir cual tomar, primero hay que recorrer algo más de 17 kilómetros y llegar a Hospital de Órbigo... hay tiempo.
Los primeros seis kilómetros son una recta que parece no tener fin. Sin árboles, sin sombra, sin nada de nada. Sólo campos. Al final de la inacabable recta, una fuente, una mesa y un par de bancos van muy bien para una paradita. Pero una parada muy corta, que hoy el camino es largo.
En cuatro kilómetros más, llego al primer pueblo, Villavante, buen sitio para un primer café.

Villavante, depósito de las aguas.

Villavante, iglesia de Nuestra Señora de la Purificación.
Tras una parada técnica de los minutos justos para tomar un café, sigo adelante, sigo por llano, entre campos de cereal, hasta llegar a Hospital de Órbigo. Antes de cruzar el río Órbigo está la Iglesia de Nuestra Señora de la Purificación, aunque la joya de la localidad es el magnífico puente medieval del Paso Honroso, por el que paso para entrar en el pueblo, y que con sus 310 metros, es el puente más largo del Camino de Santiago.

Puente de Órbigo, y la población al fondo.

Justo cuando se acaban las casas de la calle por la que atravesamos el pueblo encontramos la bifurcación para seguir una variante u otra. Yo elijo la de la derecha, la que pasa por los pequeños pueblos de Villares de Órbigo y Santibáñez de Valdeiglesias. Es un poco más larga, tal vez un par de kilómetros más, pero la belleza de los pueblos y los paisajes contrastan de la monotonía de ir en paralelo con la carretera. 

Amplias vistas, con Santibáñez de Valdeiglesias al fondo.

Valdeiglesias, San Juan Bautista.

Este camino es un constante sube y baja. Lo peor de todo, las piedras de pequeño tamaño que se clavan en mis pies y me los machacan de mala manera. Pero poco a poco se va haciendo, y llego al punto más alto de la etapa de hoy, a falta "sólo" de siete kilómetros para llegar a Astorga. Es muy reconfortante llegar a la cima de este punto alto y encontrar un puesto de fruta, verdura, galletas,  frases de Buen Camino y toda clase de pensamientos positivos. Y que el chico que lo lleva sea catalán y conozca Palamós... ¡no tiene precio! Es un puesto a donativo, puedes coger lo que necesites y dejar un donativo que te parezca justo.

Un variado surtido de productos.

Y a partir de aquí, ya todo bajada, aunque todavía es largo. Paso por un vértice geodésico, el Crucero de Santo Toribio, y ya tengo Astorga a la vista.

El Crucero de Santo Toribio, con Astorga al fondo.

La bajada hasta San Justo de la Vega es fuerte. Atravieso este pueblo y ya planeo hasta los pies de Astorga, que se encuentra un poco elevada en el terreno y que me obliga a un último esfuerzo, hasta las puertas del alojamiento de hoy, en este caso el Albergue de Peregrinos Siervas de María. Fantástico albergue y un trato inmejorable. Información en este enlace:

Hoy, a pesar de estar bastante cansada y con los pies machacados por las piedras del camino, no puedo dejar de hacer una buena visita a esta monumental ciudad. La Plaza Mayor, el Palacio Episcopal de Gaudí, la Catedral de Santa María, las murallas, algunos museos cómo el Museo del Chocolate o el Museo Romano... y un montón de sitios interesantes más. Lo malo es que una tarde no da para visitarlo todo, pero lo que es seguro es que hoy no me voy a estar quieta...

Iglesia de San Francisco.



Palacio Episcopal de Gaudí


Catedral de Santa María

Plaza Mayor, Ayuntamiento

A diferencia de otros días, hoy no me queda espacio para quedar con los demás peregrinos a tomar una cerveza. Cuando paso por una ciudad o un pueblo con tantos sitios para visitar, regreso al albergue con el tiempo justo de cenar y ponerme a dormir.

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