Una de las etapas más largas de todo el Camino, y también una de las que me resultaron más duras, y no por su dureza física, que es toda muy llana, sino por su kilometraje, por el calor y por el cansancio que se empieza a acumular en mis pies y mis piernas.
Estos días estoy haciendo etapas realmente largas, más de 30 kilómetros, un día, y el otro... Por fortuna mis pies están respondiendo bastante bien. Es muy curioso, pero sólo me duelen cuando me acuerdo de ellos. Ya no necesito tomar ibuprofeno a diario. Por lo general tengo la mente ocupada en otras cosas y esto hace que me centre en lo que realmente importa, dejando de lado asuntos más irrelevantes, cómo el dolor de pies y huesos en general, el cansancio, el calor... todo esto se ha convertido en un asunto secundario. Lo que importa en estos momentos es vivir el Camino con la máxima intensidad, disfrutando de todos i cada uno de mis pasos.
En el Camino se pueden hacer amigos de todo tipo. |
Hoy he empezado con muy buenas sensaciones. Ceno bien, duermo lo mejor que puedo, y me despierto con las pilas cargadas a tope. El hecho de empezar ya el día con un buen ritmo muy marcado, no deja espacio para pensar en tontas dolencias, que según voy viendo, hay personas que están muchísimo peor que yo y aquí están, caminando cada día, con esfuerzo, constancia y manteniéndose firmes a su propósito.
Cómo cada día, empiezo la etapa con las primeras luces del día, cosa que me permite hacer preciosas fotos desde el primer momento.
Las primeras luces del día iluminan la Catedral de Burgos. |
Iglesia de San José, a la salida de Burgos. |
Anoche recibí un mensaje de uno de mis amigos, los que estuvieron recorriendo estas mismas etapas hace apenas unas semanas. Me dice que, a la salida de Burgos, en una zona de descanso, han dejado algo escondido para que yo lo encuentre. Localizo el lugar, eso es fácil y empiezo a buscar. En los huecos del tronco de un gran árbol (en uno de los huecos un puñado de cáscaras de nuez, que no creo sea eso...), en el banco, la mesa y la fuente... nada de nada. Y en el plafón informativo (luego me dijeron que en este plafón habían dejado una tarjeta colgada con una cinta pero que ya no estaba). Estoy buscando y rebuscando durante un buen rato, pero no encuntro nada de nada, por lo que sigo caminando por esos caminos que parecen perderse en el infinito...
Caminos que parece no tienen fin... |
Villalbilla de Burgos, Tardajos y Rabé de las Calzadas, tres pequeños pueblos que atravieso antes de llegar a Hornillos del Camino.
Hoy he disfrutado el Camino, he vivido el Camino. Tal vez por ir muchos kilómetros en solitario, por interminables caminos rectos y sin ninguna dificultad, rodeada de campos de cereal, cosa que en muchas ocasiones agradezco, pues me permite reflexionar y pensar en mis cosas.
Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, Tardajos |
A parte de tener tiempo para pensar, he vivido momentos inolvidables, que han marcado mi alma. Uno de ellos me ha emocionado hasta el punto de que se me saltaran las lágrimas. Unos momentos muy emotivos que hicieron aflorar toda mi sensibilidad en unos segundos.
Rabé de las Calzadas |
Pequeña ermita de Nuestra señora del Monasterio, a la salida de Rabé de las Calzadas |
Un sencillo interior, pero con una gran fuerza. |
Me alejo de allí pensando en todo lo sucedido, aún sobrecogida por la emoción, y llego a Hornillos del Camino. Es casi la una del mediodía cuando llego delante de la iglesia de San Román Mártir, en Hornillos. Muy cansada, con mucho calor y con un bar que parece decirme: "entra y quédate aquí a comer, luego ya seguirás hasta Hontanas..."
¿Y por qué no? Total, tengo reserva para dormir en Hontanas, en el Mesón Albergue El Puntido... Pero a veces, lo que yo llamo un sexto sentido, me saca de muchos apuros... A pesar de la reserva y por educación pienso que avisar que llegaré tarde no está de más. Me faltan casi 11 kilómetros, más el rato que esté comiendo, calculo que sobre las 5'30. Pero para mi sorpresa, angustia y frustración, me dicen que la reserva sólo la mantienen hasta las cuatro de la tarde, y que a partir de ahí, si llenaran, la pierdo...
¡Madre mía! Cada día esto se parece más a una carrera de galgos. Además, tampoco ofrecen muchas soluciones, si llegas y no hay sitio en los albergues digamos que "asequibles". Te encaminan a un hotel o casa rural que se te lleva el presupuesto de una semana y se quedan tan anchos...
No me queda más remedio que seguir adelante, sin parar y procurando mantener el paso y llegar a tiempo...
San Román Mártir, Hornillos del Camino |
Hornillos del Camino |
Bueno, no queda otra que seguir, si no quiero verme durmiendo en algún portal... Estos últimos kilómetros de la etapa de hoy los hago casi en completa soledad. Éramos pocos, haciendo este tramo, y andábamos distanciados. Los campos tenían un increíble color verde muy intenso, los molinos de viento no se movían en absoluto y el sol, a aquellas horas, caía inclemente sobre nosotros.
Sólo unos pocos árboles nos permiten un respiro en este tramo. |
En muy pocas ocasiones, cuando aparecía un árbol al lado del camino, nos juntábamos tres o cuatro peregrinos a descansar y tomar aliento. Cómo las ovejas en verano...
Pero a pesar del calor y la soledad lo disfruto muchísimo. En algunos momentos, me paro a escuchar el viento, o los pájaros. Pero para asombro mío, no se escucha NADA. Silencio absoluto. Fantástico.
Los dos últimos kilómetros los hago con un par de chicos que salen de un estratégico bar. Curiosa, la situación de este pueblo. Hontanas se encuentra metido en una especie de olla, y hasta que no estás a tocar del pueblo no lo ves. Y por fin llegamos al pueblo, justo a tiempo. Con ganas de ducha y una cerveza bien fría. En este enlace, toda la información.
Ya relajada y después comer un poco y tomar un par de cervezas bien frías, me doy una vuelta por el pueblo, donde descubro muchas fuentes y la iglesia gótica y neoclásica de la Inmaculada.
Gran cantidad de fuentes de todo tipo en Hontanas. |
La meseta Castellana con su extensión y campos de labranza que son una paleta de colores , no dejan indiferente cada dia que la sientes en tus pies .
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