14/05/2022

14 de Mayo - 17 etapa - Bercianos del Real Camino - Mansilla de las Mulas

 Sigo andando y recorriendo kilómetros por el altiplano de la meseta castellana. Por fortuna el buen tiempo me ha acompañado en todo momento, por lo que he podido disfrutar del color de los campos, de los amplios paisajes, de las fantásticas vistas desde los pocos puntos elevados que he encontrado por esta zona. Aunque hoy, ha estado a punto de pillarme una tormenta... Pero empecemos por el principio. La etapa, de lo más fácil, llana, con algunos pequeños pueblos con mucho encanto, y bonito entorno. Toda la información en este enlace:

BERCIANOS DEL REAL CAMINO - MANSILLA DE LAS MULAS

Largos caminos, en paralelo con la carretera, aunque con menos tránsito que en días anteriores, puesto que son carreteras secundarias.

Con estos caminos podemos avanzar a buen paso.

A siete kilómetros de Bercianos está el Burgo Ranero. Mientras, campos y más campos. Por esta zona, el camino va bordeado de árboles. Son árboles jóvenes y no dan mucha sombra por ahora. Me gustaría pensar que se han plantado para que en un futuro los peregrinos, y todos los que vayan a recorrer esos caminos no queden tan expuestos a los rayos del sol en verano...


No sé el motivo, pero alguien se ha entretenido
en tejer esos "vestidos" para los troncos de los 
árboles. Queda mono...

Llego al Burgo Ranero casi sin darme cuenta. Lo cierto es que estos tramos del Camino tan planos, largos y sin nada que me distraiga, son ideales para pensar y reflexionar. Los peregrinos vamos bastante distanciados unos de otros, cada uno a su ritmo. Yo sólo me paro a conversar con otros peregrinos cuando aparece un bar a la vista. Ahí están todos, y aprovechamos para charlar, comer algo o refrescarnos un poco.

El Burgo Ranero.

Dejo atrás el pueblo y retomo el largo andadero, en paralelo con la carretera. El Camino se ondula un poco, con suaves ascensos y descensos. Alterno zonas soleadas con zonas más boscosas, en las que hay bancos y mesas, y no tardo en llegar a Reliegos. Al entrar en el pueblo veo que hay peregrinos llenando las terrazas de todos los bares. Pero miro al cielo y no me atrevo a detenerme. Negros nubarrones y la alarma de lluvia de mi móvil que se dispara cada cinco minutos, me aconsejan que siga adelante, o me pillará la tormenta.

Por aquí el cielo ya no pinta muy bien.

Me faltan casi seis kilómetros para Mansilla de las Mulas y lo primero que me viene a la cabeza es que, los que están ahora tan entretenidos cerveza en mano, les va a pillar un buen aguacero. 

Se está poniendo muy, muy negro...

Al poco de salir de Reliegos empieza a soplar un fuerte viento y caen las primeras gotas de lluvia. Aprieto el paso. No hay nada donde guarecerse de la lluvia. y por los truenos que ya retumban muy cerca... Los pocos peregrinos que no nos hemos detenido en Reliegos hacen lo mismo que yo: apretar el paso. No saco la capa. Hace mucho calor y voy a buen paso. Apuraré hasta el último momento, para no sudar demasiado...

Llego a Mansilla de las Mulas justo cuando empieza a llover con ganas. En dos minutos estoy en el albergue y ya me puedo relajar. Este es el albergue de hoy:

ALBERGUE EL JARDÍN DEL CAMINO

Bueno, no apetece mucho salir a pasar con lluvia... por lo que descanso y me relajo, que ya toca...

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