¿ME PUEDO PERDER?

 Otra de las preguntas y temores que se plantea mucha gente, sobre todo si se ha decidido hacer el Camino en solitario. Y mi respuesta es contundente. ¡No! ¡De ninguna manera te puedes perder! El Camino de Santiago, sobre todo el Camino Francés, está perfectamente señalizado con abundantes mojones, postes y letreros informativos, y flechas amarillas por todas partes. Todo el Camino está muy bien indicado, con flechas amarillas por todas partes, en los árboles, las piedras del camino, las farolas, las esquinas de las casas, los bordes de las aceras... ¡Cualquier sitio es bueno! Sí que es cierto que, en algunas ciudades grandes, caso de Logroño o León, hay algún punto un poco confuso. Sobre todo si empezamos a caminar a primera hora con escasa o ninguna luz. En estos casos hay que ir despacio, para no saltarnos ninguna flecha indicativa, y poco a poco nos irán guiando hasta sacarnos dela ciudad. Y en caso de perder de vista estas señales, siempre podemos recurrir a preguntar a alguien de por allí, o retroceder unos metros hasta encontrar una señal y situarnos en el camino correcto.

Por mi propia experiencia, después de recorrer casi 800 Km del Camino de Santiago en solitario, desde Roncesvalles hasta Finisterre, en ningún momento me he sentido desorientada, con dudas en algún cruce, y mucho menos perdida. 

 A parte de las flechas amarillas, en los pueblos y ciudades grandes hay marcas el el suelo, huellas o vieiras grabadas, o otras marcas en relieve que dirigen nuestros pasos sin que sea posible despistarse o no encontrar las calles que debemos seguir. En las esquinas donde debamos cambiar de dirección, también encontraremos diferentes señales que  harán que cruzar ese pueblo o ciudad sea un juego de niños. Incluso si empezamos la etapa siguiente a primerísima hora de la mañana, sin luz diurna, podremos seguir todas esas marcas sin ninguna dificultad. 

Un truquillo para cruzar pueblos o ciudades grandes... por norma, creo que en todos los pueblos y ciudades, el Camino pasa por la iglesia, Catedral o centro de culto más importante. Por lo tanto, en caso de que nos hayamos alojado un poco alejados del Camino, sólo tenemos que acercarnos a la iglesia, y tarde o temprano, al acercarnos, empezaremos a ver flechas. Nos reubicamos, y procuramos no perderlas de vista.

Y si con todo, por ir despistados hablando con algún compañero, por ir contemplando monumentos o cualquier cosa que nos haga caminar sin estar pendientes de las flechas, o por cualquier otra causa, si nos damos cuenta de que hace rato que no vemos marcas ni flechas, lo mejor es retroceder hasta volver a encontrarlas.

Aunque, no os voy a engañar, lo mejor de todo es estar un poco atentos, y sea como sea, si estamos haciendo etapas medianamente concurridas, de esas que siempre tenemos por delante o por detrás algunos peregrinos, a poco que no les perdamos de vista, no nos perderemos.

Y sí, sé que hay aplicaciones para móvil y/o GPS de las que te puedes descargar el track y seguirlo, Pero yo estoy totalmente en contra por varias razones. Primero que no se necesita. En ningún punto el Camino se vuelve tan perdedor que sean necesarias esas tecnologías. Segundo, porque mientras vamos con la cabeza agachada, mirando la pantalla, nos perdemos paisajes, construcciones y cosas que no podremos disfrutar. Y tercero, porque pienso que el Camino es un buen sitio para desconectar de todo y de todos. Con eso no digo que nos pasemos más de un mes sin llamar a casa (o sí...), una llamadita por la tarde (o un mensaje), para que sepan y saber que estamos todos bien, y se acabó. 

Yo también me pregunté si me podría perder, si estaría correctamente marcado todo el Camino, si yo sería capaz de ver y seguir todas las marcas, qué hacer en caso de desorientarme... también tuve mis dudas, cómo todos, antes de emprender el Camino. Pero desde el primer momento, en cuanto empecé a recorrer los primeros kilómetros, me di cuenta de que ese era otro de los muchos miedos infundados que me habían metido en la cabeza aquellos que no habían hecho en su vida el Camino..

Pero una vez hecho el Camino de Santiago, ni me he perdido una sola vez, ni he perdido las muchas marcas, flechas y letreros que han guiado mis pasos. Este tema no debe asustarnos ni preocuparnos para nada.

Ultreia et Suseia!