7 de mayo - 10ª etapa - Belorado -San Juan de Ortega.

 En la etapa de hoy tocaba cruzar los Montes de Oca. No tenía muy claro cómo era cruzar esta sierra. Si sería difícil, con mucho desnivel... la verdad es que iba bastante perdida. Por eso pregunté a algunos peregrinos que ya lo habían hecho en otras ocasiones. Uno de ellos me dijo que "es una subida casi plana". pero de plana, nada de nada. ¡Madre mía con los Montes de Oca! Creo que, quien me dijo esto, aún se está partiendo de risa... 

Me encanta disfrutar de estos momentos.
A la salida de Belorado.

Creo que no fue sólo el desnivel, que tampoco es tanto, lo que más me machacó este día. Hacía bastante calor, y supongo que el hecho de que el ascenso fuera constante, tuvo mucho que ver. Toda la información de la etapa aquí:

BELORADO - SAN JUAN DE ORTEGA

La etapa de hoy se puede dividir en tres partes:

-Primera parte, pasando por Tosantos, Villambistia, Espinosa del Camino y Villafranca de Montes de Oca, de unos 13 kilómetros en que el ascenso es suavecito.

Tosantos, con Nuestra Señora de la Peña al fondo.

Villambistia. Iglesia de San Esteban al fondo, ermita y magnífica fuente octogonal

Hasta Villafranca de Montes de Oca todo perfecto. Terreno ondulado, en suave ascenso y entre inmensos campos de cereal.

Iglesia de Santiago, en Villafranca de Montes de Oca.

-Segunda parte, de Villafranca de los Montes de Oca al Monumento a los Fusilados de la Guerra Civil, en la que se ascienden 200 metros en tres kilómetros (que tampoco es tanto), pero que a mí se me hicieron eternos y muy pesados.

El matrimonio alemán, empujando el carrito del bebé, 
empezando a subir los Montes de Oca.

Un bello paisaje, donde predomina el bosque de robles.
Vamos subiendo los Montes de Oca.

Monumento a los fusilados de la Guerra Civil.

Antes de llegar a este monumento a los fusilados de la Guerra Civil, en un claro del bosque, una de estas caravanas con fruta, refrescos y galletas, entre otras cosas, ayuda a soportar mejor el calor, con una buena tajada de sandía bien fresca. Y dónde se encuentra este monumento hay una zona con mesas y banco

Uy, uy, uy... rezando para que el camino gire a derecha o izquierda
y no nos haga hacer la montaña rusa. Pero toca bajar hasta 
el torrente del fondo y subir otra vez...

-La tercera parte, de siete kilómetros y ya de bajada, hasta San Juan de Ortega.

Lo que peor llevo son las piedras, esas que son cómo guijarros medio enterrados y que se van clavando en la planta de los pies. Por muy buenas que sean las botas, por muy buena suela que llevéis, a la larga acaban machacando los pies. 

Y al final, tras una etapa "durilla" por el calor y el desnivel, llego a San Juan de Ortega.

San Juan de Ortega.

Éste es uno de los pueblos más pequeños. No deja de ser una Entidad Local Menor, de poco más de veinte vecinos.

A destacar el Monasterio de San Juan de Ortega,  formado por la Iglesia Monacal, la Capilla de San Nicolás de Bari o Capilla del Santo, el Claustro de los Jerónimos y el Refugio de Peregrinos (en el cual encontramos un pequeño claustrillo de piedra rojiza).

Estas edificaciones, la iglesia y el monasterio, poca cosa más...

Lo que más llama la atención del conjunto es el conocido "milagro de la luz". Este fenómeno sólo se da durante el equinoccio de otoño y el de primavera, en un evento que atrae a peregrinos de todo el mundo. En los dos equinoccios, un rayo de sol ilumina, sobre las 5 de la tarde, el capitel de la Anunciación, apreciándose que la Virgen María se dirige a la luz y no a San Gabriel cómo es tradicional.

Me alojo en el Albergue Parroquial, uno de los pocos que he encontrado que no aceptan reservas, que la gente se aloja por orden de llegada, por lo que voy un poco temerosa de no encontrar sitio. No me quedaría más remedio que avanzar cuatro kilómetros más hasta Agés, donde sí he podido reservar cama. Por fortuna encuentro plaza en el parroquial de San Juan de Ortega. Cancelo la reserva de Agés y me quedo en San Juan.

ALBERGUE PARROQUIAL DE SAN JUAN DE ORTEGA

No tardo en visitar la Iglesia y la parte del Monasterio que está abierta, puesto que la mayor parte está en obras y no se puede entrar. Y ya visto todo, me siento con otros peregrinos a tomar un par de cervezas, para esperar la hora de cenar.