CÓMO PEREGRINAR A SANTIAGO

¿QUÉ ES EL CAMINO DE SANTIAGO?

El Camino de Santiago no es una ruta de largo recorrido cualquiera, no es sólo un itinerario que dirige nuestros pasos a la tumba del Apóstol Santiago. Es más, mucho más.

Siguiendo el Camino

Se denomina Camino de Santiago o Ruta Jacobea al recorrido que siguen los peregrinos para venerar el sepulcro del apóstol Santiago el Mayor en Santiago de Compostela.

Esta denominación de Camino de Santiago se corresponde con un conjunto de caminos o rutas de peregrinación que, desde diversos puntos de España y de Europa y del resto del mundo, nos llevan hasta la tumba del Apóstol Santiago, en Santiago de Compostela. Con los siglos, se ha convertido en un camino vivo, muestra de civilización y desarrollo cultural, artístico y social en toda Europa. Por ello, el Camino de Santiago, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1993, además de convertirse en el primer Itinerario Cultural Europeo.

¿QUÉ ES SER PEREGRINO? Y ¿QUÉ ES PEREGRINAR?

El uso más habitual de éste término, por lógica, está vinculado a la religión. 

Un peregrino es quien decide realizar un viaje extenso para llegar a un templo o lugar sagrado como una muestra de su fe y compromiso con Dios.

Un peregrino busca lo divino o glorioso en un lugar preciso, diferente al de su realidad cotidiana, ya que deja sus afectos, su trabajo, su casa y sus amigos para ir al encuentro de este sitio en el que espera encontrar redención, liberación, paz interior...

Este viaje, no es solo interior o espiritual, sino que implica también el trasladarnos físicamente. El desplazamiento, normalmente caminando, hacia los lugares en los que entran en contacto con lo sagrado, es una práctica común de todas las religiones y culturas. En sus orígenes, las peregrinaciones se llevaban a cabo desde el portal de la casa del peregrino. Esos peregrinos podían estar meses fuera de sus casas, caminando y pasando calamidades. En algunos casos, el peregrino es un penitente que inicia su camino como una manera de reparar sus faltas. También hay peregrinos que desarrollan la travesía a modo de promesa.

HISTORIA DEL CAMINO DE SANTIAGO ¿QUIÉN FUE SANTIAGO?

El Apóstol Santiago

Santiago fue uno de los doce apóstoles de Jesucristo enviados a predicar . Santiago viajó al fin del mundo, a España, a evangelizar pero no fue escuchado y comenzó su viaje de regreso.

Cuando estaba a orillas del río Ebro en Zaragoza se le apareció la Virgen y en este lugar se construyó la Basílica del Pilar de Zaragoza. 

Cuando llegó a Palestina fue decapitado por orden del rey Herodes. Su cuerpo fue recogido por dos de sus discípulos y llevado a España donde fue enterrado.

Las guerras y la despoblación hicieron que el lugar fuera quedando poco a poco en el olvido.

A principios del siglo IX el ermitaño Pelayo observó unas estrellas que alumbraban el monte Libredón. Avisó al obispo Teodomiro, que identificó el lugar con el sepulcro del Apóstol Santiago.

El obispo se lo comunicó al rey Alfonso II el Casto que ordenó levantar un templo. El Papa León fue informado y la noticia se extendió por toda la Cristiandad europea. El lugar se convirtió en Compostela, llamado así por por su denominación en latín: "Campus Stellae", campo estrellado.

¿QUIEN PUEDE HACERLO?

Todos podemos hacer el Camino de Santiago.

Mayores, jóvenes, incluso bebés. Todos lo pueden hacer.

Todos podemos hacer el Camino de Santiago, si sabemos cómo hacerlo.

En la actualidad son muy pocos los que inician su peregrinación en el portal de su casa, por lo que habrá un desplazamiento previo, en tren, autobús, coche, e incluso en avión, por parte de los que vienen a España de muy lejos, para iniciar su Camino en el punto elegido. Y a partir de ahí, toca empezar a caminar y poner rumbo a Santiago. 

El Camino de Santiago se puede adaptar a nuestras necesidades, en cuanto a kilómetros diarios, sitios donde dormir, soporte para, en caso de necesidad (lesión, enfermedad, etc. etc. ) nos porteen las mochilas...

Eso sí, el Camino de Santiago se tiene que preparar con tiempo. Mucho tiempo. 

Preparación mental: 

tener claro por qué lo vamos a hacer, qué buscamos, qué necesitamos encontrar, conocer su historia, su cultura, los monumentos que de ninguna manera nos podemos perder... 

Y una cosa muy importante: cada uno debe conocer muy bien sus límites, saber si realmente, desde el propio conocimiento de su cuerpo y su mente, está capacitado para llevar a cabo este monumental proyecto sin "pinchar", sin verse obligado a abandonar por que no ha calculado o planificado bien las etapas y se queda sin tiempo para acabar, por un sobreesfuerzo que su cuerpo no puede asumir, o por no ir con la mente suficientemente abierta y sentirse engullido por la nostalgia o el desaliento ante los posibles contratiempos...

Preparación física:

Hay que entrenar, a no ser que estés muy habituado a hacer caminatas de este estilo... muchos días seguidos, muchos kilómetros cada día, el peso de la mochila, las inclemencias del tiempo... Más que entrenar, hay que fortalecer músculos y tendones. Sobre todo, pies, rodillas, piernas, espalda y hombros, los que mas van a sufrir. Lo ideal es, tras el haber entrenado durante el tiempo necesario, hacer un simulacro de unos días, cuatro o cinco días, caminando cada día los kilómetros que penséis hacer en el Camino, con la mochila y el peso "oficial". Si todo va bien, si el cuerpo se siente a gusto, ¡adelante!

¿CÓMO HACER EL CAMINO DE SANTIAGO?

Los primeros días todo son dudas

Dudas, Dudas y más dudas...

Esta es una pregunta que puede generar mucha polémica. ¿Dónde empiezo? ¿Con o sin mochila? ¿En qué albergues? ¿Entero o a tramos? A pie, en bicicleta, a caballo...

Puesto que el Camino de Santiago es una peregrinación hacia la tumba del apóstol Santiago, un acto de fe cristiana, para mí sólo hay una manera de hacerlo, aunque con algunos matices...

¿Dónde empiezo? 

Siempre en el el inicio del Camino. Y si no hay días suficientes para hacerlo al completo, cuando se vaya a retomar, se empieza en el punto dónde hemos acabado la última vez. Así nos aseguramos de hacerlo completo, aunque sea en algunos años.

¿Con o sin mochila?

 Para mí, con mochila, con lo mínimo imprescindible para subsistir, pero con la libertad de poder acortar o alargar etapas sin la preocupación y el estrés de estar obligados a ir a un determinado punto por que allí está la mochila. 

¿En qué albergues? 

Albergues públicos, compartiendo experiencias, comidas, risas, dudas y todo lo que surja, con el resto de peregrinos. Ayudando y recibiendo ayuda. Aconsejando y recibiendo consejos. 

¿Entero o a tramos?

 Eso dependerá del tiempo del que tengamos. Si lo hacemos a tramos, empezando en el principio y o donde lo acabamos en el último tramo, tarde o temprano lo finalizaremos al completo.

En cuanto si a pie, en bici o a caballo... cada uno que elija su modo de desplazarse...

¿QUÉ CAMINO ELIJO?

 LOS CAMINOS DE SANTIAGO

La primera pregunta que te vas a plantear a la hora de planificar tu Camino de Santiago será, ¿Qué camino elijo? Porque no hay uno sólo. De hecho, el Camino más genuino, el más auténtico, básico y primitivo es el que empieza en la puerta de tu casa. Eso es, salir de casa y empezar a caminar hacia Santiago de Compostela, que es lo que se hacía en sus orígenes.

Pero con el tiempo se fueron regulando estas vías de peregrinación histórica, marcando sus recorridos, que coinciden con iglesias, catedrales, monasterios, y lugares santos, de culto y de tradición cristiana. Se les dio un origen a cada camino que recogiera y uniera a los peregrinos que llegaban a nuestro país, tanto por tierra atravesando los Pirineos, o desde Portugal, así cómo los que llegaban a los diferentes puertos de la costa en diferentes puntos de España, para facilitar el peregrinaje des de cada una de las regiones de nuestro país.

Esta elección es básica y será el primer dilema que se te va a presentar.

Conocer los diferentes Caminos de Santiago te ayudará a planificarlo. Saber cual es la época del año más adecuada para recorrer cada uno de ellos, las etapas con sus distancias y dificultades, albergues en los que alojarte, sitios que visitar y muchas cosas más. 

¿Hacia dónde?

TODOS LOS CAMINOS DE SANTIAGO

Esta es una lista de los Caminos para llegar a Santiago más conocidos. Ya podéis empezar a elegir. 

Arles

Tiene una longitud de 778,2 ó 807,1 kilómetros, según las variantes.

Este Camino es conocido también como Vía Tolosana, puesto que atraviesa Toulouse. Ya mencionado en el Códice Calixtino el siglo XII, es uno de los cuatro grandes Caminos Jacobeos de Francia.

Arranca en Arles, y pasa por Montpellier y Toulouse, para llegar a Somport y seguir por el Camino Francés por Aragón.

No te recomiendo hacerlo durante los meses de invierno, puesto que hay que atravesar algunos macizos montañosos, entre ellos los Pirineos, y encontrarías, seguro, nieve, mucho frío y pocos servicios

Vía Augusta

Unos 190 kilómetros

Este tramo de Camino de Santiago une Cádiz con Sevilla. 

Un tramo que se une con la Vía de la Plata y que te ofrece mucha tranquilidad. 

Barcelona

Unos 56,7 kilómetros que se pueden hacer todo el año.

Si tenemos en cuenta que el Camino de Santiago más genuino, más auténtico, es el que empiezas caminando desde la puerta de tu casa, el Camino de Santiago de Barcelona a Montserrat ofrece esta posibilidad a los habitantes de la capital catalana y toda su zona más próxima. También es un Camino cargado de historia, puesto que algunos peregrinos de épocas medievales, llegaban al puerto de Barcelona y allí empezaban la peregrinación hacia Santiago de Compostela.

Une Barcelona con el Monasterio de Montserrat.

Baztán 

Son 108 kilómetros y hay que tener en cuenta el invierno con la nieve puesto que hay que cruzar los Pirineos.

Catalán

Tiene dos variantes: 

Una, Monasterio de Montserrat-Tàrrega-San Juan de la Peña y enlaza con el Camino Francés por Aragón.

Otra, Monasterio de Montserrat-Tàrrega-El Burgo de Ebro y sigue por el Camino del Ebro

Ebro

Son unos 440 kilómetros, casi siempre por terrenos llanos y sin dificultad.

Tiene su inicio en la desembocadura del Ebro y enlaza con el Camino Francés en Logroño. Cuenta la tradición que el apóstol Santiago recorrió este Camino durante su evangelización, y que se le apareció la Virgen María sobre un pilar, en el lugar donde ahora se levanta la Basílica del Pilar.

Fisterra i Muxía

Tiene un recorrido de 86,7 kilómetros, con un terreno bastante escarpado, pero sin complicaciones especiales. Es la prolongación del Camino de Santiago que une esta ciudad con Finisterre y Muxía.

Francés

Tiene un recorrido de 764 kilómetros des de Roncesvalles y unos 790 des de Jean-Pied-de-Port.

Éste es el Camino más conocido y el que hace más gente. Suele estar bastante masificado, pero contra, este Camino posee una gran variedad paisajística y una extraordinaria riqueza monumental. Se puede iniciar en Roncesvalles (España), o en Saint-Jean-Pied-de-Port (Francia).  

Francés por Aragón

Són unos 165 kilómetros.

Enlaza Somport con Puente la Reina, con la posibilidad de tomar la variante que pasa por San Juan de la Peña, desde donde se sigue por el Camino Francés. 

Vía Francígena

Unos 2,000 kilómetros en los que se pasa por Inglaterra, Francia, Suiza e Italia.

Camino histórico de peregrinación que une la ciudad ingles de Canterbury con la Plaza de San Pedro en roma. 

Vía Gebennesis

Entre Ginebra(Suiza) y Le Puy (Francia). Tras 336 kilómetros enlaza con el Camino de Le Puy, en Francia

Inglés  

112 kilómetros de recorrido.

Camino utilizado en la Edad Media por los peregrinos que llegaban en barco procedentes de Europa. 

Invierno

Tiene 263 kilómetros i era utilizado para evitar las nieves en O Cebreiro. Bellos paisajes gallegos.

Une Ponferrada con Santiago de Compostela, 

Vía Jacobi

Es el Camino de Santiago en Suiza, de las poblaciones de Konstanz a Genève:  unos 438 kilómetros. Está bien señalizado como Sendero Nacional número 4.

Lana

Une Alicante o Valencia con Burgos, donde se enlaza con el Camino Francés.

Le Puy o Vía Podiensis

El principal Camino de Francia. Son 742 kilómetros hasta Sait-Jean-Pied-de-Port, donde nos faltarán casi 800 kilómetros para llagar a Santiago de Compostel. 

Levante

Enlaza Valencia con la Vía de la Plata, atravesando el interior de Castilla-La Mancha y Castilla-León. Largo y solitario recorrido que hacían en la antigúedad los peregrinos que llegaban a los puertos de levante.

Madrid

323 kilómetros de Camino. Une la capital de España con el Camino Francés, ala altura de Sahagún.  Muy indicado para primavera o otoño. En verano hace mucho calor, y mucho frío en invierno.

Mozárabe

Este Camino enlaza un conjunto de caminos en Andalucía que empiezan en Málaga, Granada, Jaén, Córdoba y Almería y enlazan con la Vía de la Plata a la altura de Mérida. Calor muy seco en verano.

Norte

Empieza en Irún y recorre toda la costa Cantábrica, hasta Ribadeo, donde se adentra en el interior de Galicia hasta Santiago. Es una buena alternativa a la masificación del Camino Francés, con paisajes muy diferentes.

Olvidado

Antigua ruta de peregrinación que se puede empezar en dos puntos diferentes, Pamplona o Bilbao. Sigue por el Norte del Camino Francés, y se une a éste en la población de Cacabelos.

Piamonte

De Narbone a Sain-Jean-Pied-de-Port a lo largo del Pirineo Francés. Discurre en paralelo a las cumbres del pirineo Francés. Ha sido considerado una variante del Camino de Arles.

Vía de la Plata

También conocido como Camino de la Plata, es el Camino Más importante des de el Sur peninsular. Poblaciones muy distanciadas y calor extremo los meses de verano.

Portugués

Tiene su inicio en Lisboa, son 613 kilómetros, y es el segundo camino con más afluencia de peregrinos. A parte de éste, hay otros caminos portugueses, como el del interior y el de la costa.

Portugués de la Costa

Sigue el litoral atlántico a lo largo de 271 kilómetros., desde porto hasta Redondela, donde se une con el Camino Portugués Central. Tiene la característica de poseer dos trazados casi en paralelo. Uno que bordea la costa y en algún tramo se adentra en el interior, y otro que transita en todo momento junto al agua. 

Portugués Interior

Desde Viseu, la ciudad de origen más recomendada, hasta Santiago hay 387 kilómetros y que por su belleza algunos lo han calificado como el secreto mejor guardado de las rutas jacobeas.

Primitivo

De Oviedo a Santiago, por el interior de Asturias y Galicia. De Oviedo a Melide son 261 kilómetros, y de ahí se sigue a Santiago por el Camino Francés. Su origen se debe a la peregrinación del rey Alfonso II de Asturias en el siglo IX, la primera de la que se conservan referencias (de ahí el nombre “Primitivo”). 

Salvador

Enlaza León con Oviedo, cruzando la Cordillera Cantábrica a lo largo de 121 kilómetros. Debe su nombre a los numerosos peregrinos medievales que se desviaban a Oviedo, desde el Camino Francés, para visitar la Catedral de San Salvador y sus reliquias.

Sur

 Son 181 kilómetros. De Huelva a Zafra, donde enlaza con el Camino de la Plata. Poco frecuentada, desniveles moderados y bellos paisajes.

Tours

El Camino de Tours y Paris o Vía Turonensis parte de Paris o de Tours, proveniente de los Países Bajos. Es una de las cuatro principales vías jacobeas de la Edad Media, enlazando en Ostabat, ya cerca de Saint Jean Pied de Port, con otras dos.

Vadiniense y Lebaniego

De San Vicente de la Barquera a Mansilla de las Mulas. En su tramo inicial coincide con el Camino Lebaniego, ruta secular de peregrinación al Monasterio de Santo Toribio de Liébana, donde los devotos caminantes admiran la magna reliquia el Lignum Crucis, supuestamente el trozo más grande conocido de la cruz de Cristo.

Vasco

De Irun a Santo Domingo de la Calzada o Burgos. El Camino Vasco del Interior cruza de norte a sur la Sierra de Aizkorri, el macizo más elevado del País Vasco.

Vézelay

Parte desde la basílica de Sainte Marie Madeleine, en la ciudad francesa de Vézelay, y confluye en Ostabat con otras dos vías de peregrinación francesas. El Camino de Vézelay es una de las cuatro vías de peregrinación jacobea medievales más importantes.

Zamorano Portugués

Variante de la Vía o Camino de La Plata, por Sanabria. Arranca en Zamora, por Sanabria, Hasta Verín.

Antes de empezar el Camino

Entreno de la mente - Planificación

¿De verdad hay que entrenar o preparar la mente, para hacer el Camino de Santiago? La respuesta es ¡SÌ! 

Aparte del entreno físico, ese en el que deberás fortalecer músculos, huesos y ligamentos de piernas, pies y espalda, también deberás entrenar tu mente, y también investigar i planificar un poco lo que vas a hacer.

La belleza del Camino es embriagadora.

Aunque parezca una tontería, para disfrutar plenamente del Camino de Santiago, debes abrir la mente, aprender a observar, a vivir la magia del Camino, y a dejarte llevar por las emociones y los sentimientos. Debes despojarte de convencionalismos, ideas enquistadas y de todo lo superfluo. Debes aprender a ser tú mismo.

Y a veces no es fácil, tal cosa. Vivimos en un mundo materialista, en el que solemos valorar más lo que tenemos que lo que somos. Tendemos a evaluar a la gente por su posición, su nivel o su clase. Pero para vivir el Camino de Santiago con toda su intensidad, sintiendo su esencia, disfrutando de todas sus maravillas y empapándonos de su esencia, debemos aprender a ver el mundo con otros ojos. Debemos aprender a ser humildes, respetuosos, tolerantes, educados, amables...

Es paradójico que, a pesar de que estamos en constante contacto y comunicación todos con todos, en muchas ocasiones (demasiadas), nos sentimos muy solos.

Vivimos aislados del mundo, en nuestra burbuja o zona de confort, apreciando más nuestra propia compañía que la de los demás. ¿Para qué vamos a salir a la calle, si en un momento podemos estar conectados un grupo de amigos que ya nos vemos en una pequeña pantalla? ¿Qué se ha hecho de aquellas reuniones cara a cara, en las que se hablaba, reía y cantaba con gran alegría? Estábamos más en contacto directo con la familia y los amigos, nos recibíamos con un par de besos, o con un fuerte abrazo. Ahora apretamos un botón, se ilumina una pantalla y... ¡ya estamos conectados! Pero no es lo mismo...

Solemos vivir ocultos tras la máscara de las conveniencias, ocultando o disimulando inquietudes, pasiones y sentimientos. Miedos, temores, ansiedad, preocupación, inquietud, malestar... Aprendemos a esconderlos, encubrirlos y disfrazarlos de una supuesta entereza y bravura que a la larga nos convierten en unos seres muy distantes y diferentes de lo que somos en realidad.

Si lo que deseas es vivir el Camino en toda su plenitud, su magia y su integridad, deberás aprender cambiar tus ideas y tu concepto de las personas y de la vida.

Por ello es muy importante que antes de salir de casa, antes de iniciar esta mágica aventura, lo estudies y lo planifiques todo con mucha atención.

CÓMO PLANIFICAR EL CAMINO

Hay una serie de puntos a tener en cuenta antes de empezar. 

Tal vez habrás visto fotos, documentales, o algún amigo o familiar te habrá contado lo maravillosa que fue su experiencia de hacer el Camino de Santiago. Y a ti se te enciende la bombilla y no se te ocurre nada más que, al llegar tus vacaciones, iniciar un Camino de Santiago. 

Eso son muchos kilómetros, y vale la pena prepararse 
bien, si no queremos pinchar.

Uno cualquiera... por que en realidad, no tienes ni idea de lo que estás haciendo. No sabes nada, Y este va a ser tu otro entreno unos meses antes de empezar a caminar, estudiar una serie de temas vitales para llevar a buen fin tu Camino.

1 - La historia de Santiago Apóstol y de la peregrinación a Santiago de Compostela.

2 - Los diferentes Caminos de Santiago. Debes conocerlos, para saber cual es la mejor opción según la época del año en que te encuentres, y para planificar y estructurar sus etapas.

3 - Su historia, cultura, tradiciones...

4 - Recorridos, distancias y desniveles, para adaptarlos a tu resistencia y forma física.

5 - Los albergues y sitios para dormir. Qué son, su funcionamiento, normas...

6 - Los peregrinos. ¿Qué es peregrinar?

7 - ¿Dónde informarte de todo esto? Hay montones de libros y guías que te ofrecerán toda la información que necesites, aunque en la actualidad, no hay nada cómo la gran base de datos de la que puedes disponer en internet. Hay diversas páginas donde hallarás todo lo que necesitas saber.

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En fin, que esta también es una bonita manera de empezar a disfrutar del Camino.

Sea cómo sea, elijas el Camino que elijas, disponte a disfrutar y a empaparte de su esencia,  de las vivencias y del gran reto personal que significa hacer el Camino de Santiago.

Conclusiones al finalizar el Camino de Santiago.

 Hace cinco meses que finalicé mi Camino de Santiago Francés, y ya es momento de hacer un poco de balance de lo que ha sido el Camino de Santiago para mí. 

Estos paisajes no me dejaron indiferente. 

Algunos de vosotros tal vez pensareis que ya era hora que me manifestara y ofreciera mis impresiones, sensaciones y conclusiones. Pero os aseguro que, en los primeros días, ninguno de mis argumentos, interpretaciones y análisis de todo lo vivido serían justos y objetivos.

Algunos monumentos imprescindibles de visitar, como
Santa María de Eunate

Las primeras semanas tuve la sensación de seguir viviendo el Camino, como si tuviera que seguir caminando por la mañana al despertar. Una tremenda añoranza se apoderó de mí. Añoranza de todo: los paisajes, los monumentos, los albergues y los hospitaleros, y sobre todo, la gente. los muchos peregrinos con los que coincidía, caminando a lo largo de los diferentes tramos de camino, y en muchos finales de etapa, y que a lo largo de tantos días, pasan a formar parte de un estrecho círculo de amistades que, seguro, seguirán así para siempre.

Albergues tan emblemáticos y con tanta historia en sus cimientos, 
como Ave Fénix, en Vilafranca del Bierzo.

Éstos fueron días en que sólo vi lo positivo de todo el Camino. Días de una embriagadora sensación de bienestar y felicidad que no me permitía ser imparcial. Era incapaz de encontrar, ni siquiera detectar, las situaciones, momentos o impresiones que en algunos momentos incluso me hicieron dudar de mí misma, de si sería capaz de finalizar tamaña aventura sin perecer en el intento.

Una de las primeras dudas que se me plantearon: 
¿resistirá mi espalda el continuado peso de la mochila, 
día tras día, y por más de treinta días?

Ahora, la perspectiva que tengo cinco meses después de regresar a casa, es mucha más objetiva, neutra e imparcial. Por ello creo que me encuentro en el mejor momento para ofreceros mis impresiones, sensaciones y, ¿por qué no? algunos consejos, todo fruto de mi propia experiencia.

Ahora puedo afirmar que, sin lugar a dudas, fue una experiencia maravillosa, de la que obtuve un gran aprendizaje y un profundo cambio interior. Creo que todos aquellos que hayáis realizado cualquiera de los Caminos de Santiago, me entenderéis y comprenderéis lo que intento explicar.

Entender y aceptar que he sido capaz de superar un reto cómo este 
me ha llenado de satisfacción.

Dejando un poco de lado los maravillosos paisajes, grandes monumentos y entrañables amistades ( que no es que no sean importantes, ya hablaré sobre ello), me centraré en la parte más educativa, constructiva o formativa, aquella que removió mis pensamientos y manera de ser y pensar hasta los cimientos, hasta hacerme ver y afrontar la vida, las personas y las situaciones, de una manera muy diferente.

Los caminos te traen conocimiento y te llevan a descubrir tu interior.

El Camino es un sucesivo aprendizaje, día tras día. 

Aprendí a resolver pequeños problemas y solucionar algunas dudas por mí sola. A pesar de llevarlo todo más o menos programado y supuestamente bajo control, siempre hubo sorpresas. 

Aprendí qué hacer al llegar a un final de etapa y no encontrar sitio en el albergue que tenía pensado, y cómo me tuve que espabilar para hacer reservas sobre la marcha.

Aprendí a caminar con calma, admirando todo lo que 
se me cruzaba en mi camino.

O qué hacer con una incipiente ampolla, que ni siquiera llegó a tal al saber cómo curarla y evitar que el mal fuera mayor y que me salieran de nuevas.

O... también debí aprender a gestionar mis etapas, alargándolas o recortándolas según mis necesidades.

Incluso cómo reajustar lo que me quedaba de Camino después de pasar un día entero en un albergue, colaborando con los hospitaleros, de voluntaria, para llegar a Santiago en el día previsto.

Un día colaborando con Jesús Jato y los hospitaleros de Ave Fénix.

Hice el Camino Francés en solitario, desde Roncesvalles hasta Fisterra, pero lo primero que aprendí es que nunca estás solo. 

A lo largo del Camino de Santiago (de cualquiera de ellos), encontrarás gente maravillosa, siempre dispuesta a echarte una mano. Lo noté desde el primer momento. Y me vi ayudando a los demás de igual forma, casi sin darme cuenta.

¿Y qué aprendí? o ¿En qué me cambió?

Sólo yo, debo decidir qué camino seguir.

En general, cambié mi forma de ver y valorar a la gente.

Respeto más a la gente por lo que son, lo que hacen y cómo lo hacen, y en general cómo se comportan conmigo y con los demás, que por lo que tienen.

Valoro más la sinceridad que las mentiras piadosas.

Estimo a las personas por lo que aportan, lo que suman, y no por lo que restan.

Aprecio la humildad, la sencillez, la naturalidad y no tolero la ostentación, la pompa, el boato y la exhibición.

Y he aprendido algunas cosas muy importantes en esta vida.

-Cuando algo no me gusta, digo NO.

-Cuando no estoy a gusto en algún lugar, o no voy, o me marcho.

-Cuando alguien no me aporta nada, me alejo.

-Sólo yo tengo la potestad de decidir de qué manera, cómo, cuando y donde vivir mi vida.

Pero no todo es negativo.

-Cuando algo me gusta, voy a por ello.

-Cuando estoy a gusto con alguien o en algún lugar, alargo la velada.

-Cuando alguien me da paz y enriquece mi corazón y mi espíritu, me quedo a su lado.

He aprendido a elegir, y a procurar quedarme con lo mejor

Ahora que ya han pasado mas de cinco meses, otra pregunta planea sobre mi cabeza: ¿Y ahora, qué? ¿Realmente ya se ha acabado todo? Pues... No.

Al igual que en la vida, cuando un camino llega a su fin, otros empiezan...